Powell visita Pakistán e India para rebajar la tensión en la zona
Powell llegó ayer al aeropuerto de Islamabad en la primera parada de su viaje por Pakistán e India para tratar de atenuar la tensión en la zona, tras las últimas protestas contra los bombardeos en Afganistán y el recrudecimiento del conflicto en la región de Cachemira.
En una conversación con periodistas durante el vuelo a Pakistán, el secretario de Estado de EE UU señaló que estaba dispuesto a escuchar los argumentos de Pakistán e India y que las conversaciones servirían para ver de qué manera podían ser útiles.
La visita de Powell intentará cerrar las fisuras abiertas en la población de Pakistán e India, sus dos principales aliados en el conflicto en Afganistán, claramente divididas en su apoyo a los Estados Unidos. El ministro de Exteriores paquistaní, Abdul Sattar, intentaba despejar dudas sobre el apoyo de la población en unas declaraciones previas a la visita en las que afirmó que "la compasión hacia las víctimas inocentes es igual para Afganistán y Estados Unidos", aunque instó a Powell a que terminaran cuanto antes los bombardeos a Afganistán por el crecimiento desmesurado de los refugiados.
Sin embargo, los integristas pakistaníes declararon ayer una huelga nacional en las principales ciudades del país como protesta por la visita de Powell. En un comunicado difundido por una coalición de fuerzas integristas se instaba a la población a cerrar sus comercios para mostrar su solidaridad con el pueblo afgano y su rechazo a "sus mandatarios títeres en Pakistán". Según las agencias pakistaníes, la jornada de huelga fue ampliamente seguida en Karachi, la ciudad más grande del país, Peshawar y Qüetta, aunque en la capital Islamabad apenas se notaron los efectos de la huelga. Una encuesta publicada ayer por el semanario estadounidense Newsweek venía a sembrar más dudas en cuanto a la cohesión de los paquistaníes, ya que señalaba que el 83% de la población apoyaba a los talibanes y sólo un 3% a EE UU.
El estudio, realizado por la filial de Gallup en Pakistán, concluía que sólo un 12% de los encuestados cree que Bin Laden estuviese detrás de los atentados, aunque el 51% se mostraba de acuerdo con la cooperación con los Estados Unidos.
Powell realizará su segunda parada en India, donde recogerá las impresiones de las autoridades y transmitirá la preocupación del presidente paquistaní Musharraf por la resolución de la cuestión de Cachemira tras los últimos enfrentamientos, en los que una guerrilla de la citada región mató a 40 personas con un coche bomba en el Estado de Srinagar. Sin embargo, Nirupama Rao, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores indio, recalcó ayer que no aceptarán la intermediación de Estados Unidos en el conflicto de Cachemira y que sólo discutirán cómo reforzar la estrategia internacional contra el terrorismo y sobre sus posturas respecto a Afganistán. Precisamente ayer fue nombrado George Fernandes como nuevo ministro de Defensa de India, tras haber sido destituido hace siete meses por un escándalo de corrupción, lo que fue interpretado por los analistas como una manera de alinearse con las tesis de Washington y Londres en la crisis afgana.
A las críticas de India y Pakistán se sumaron ayer las de Arabia Saudí, cuyo primer ministro Prince Naif señaló que "nuestro reino se opone al terrorismo, pero no aprueba la respuesta de Estados Unidos". Naif confirmó su descontento con la situación, "ya que deseamos que Estados Unidos sea capaz de acabar con el terrorismo, pero cambiando la estrategia, ya que se ha matado a inocentes".