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De Palacio augura el final de las aerolíneas de bandera

Las aerolíneas europeas acogieron ayer con satisfacción las medidas ofrecidas por Loyola de Palacio para aliviar el impacto económico de los atentados del 11 de septiembre. La comisaria de Transporte sigue descartando ayudas de Estado, pero propone que el erario público asuma el coste de las nuevas normas de seguridad e indemnice a las compañías por los cuatro días que estuvo cerrado el espacio aéreo estadounidense. En total, unos 276 millones de euros (46.000 millones de pesetas). De Palacio ofrece, además, que los operadores conserven sus turnos de vuelo en los aeropuertos, aunque no los utilicen, mientras dure la crisis.

El próximo martes, Loyola de Palacio propondrá ya al Consejo de Ministros de Transporte de la UE una batería de medidas de apoyo que coinciden, más o menos, con las exigencias planteadas inicialmente por la Asociación de Líneas Aéreas europeas (AEA).

De Palacio desea, de entrada, que se prorrogue hasta diciembre la cobertura aseguradora por riesgo de atentado que cada Estado miembro facilita desde el 24 de septiembre a sus líneas nacionales. La Comisión considera que, en el futuro, incluso puede ser necesario la creación de un fondo comunitario que asuma en la UE el coste de posibles atentados terroristas de la índole de los acontecidos del 11 de septiembre.

La comisaria suscribe la petición de la AEA de indemnizar a las compañías por las cancelaciones de los vuelos trasatlánticos hacia EE UU durante los cuatro días posteriores al ataque terrorista. La AEA cifra las pérdidas en unos 33 millones de euros (5.490 millones de pesetas) diarios en total.

Los Estados miembros deben asumir también, a juicio de la comisaria, los costes adicionales de las nuevas medidas de seguridad en aeropuertos y aviones, que previsiblemente deberán adoptarse como consecuencia de la incertidumbre generada por los atentados de Nueva York y Washington.

La Asociación de Líneas Aéreas europeas calcula que extremar las condiciones de seguridad puede costar ahora 145 millones de euros (24.126 millones de pesetas). Pero esa cifra se puede disparar con la propuesta de reglamento que De Palacio presentó ayer.

Los controles de pasajeros, equipaje, cargo, correo e incluso del personal contratado o subcontratado en los aeropuertos se multiplicarán si los Estados miembros y el Parlamento Europeo aprueban dicho reglamento. La CE velará por su cumplimiento. Un equipo de cuatro inspectores visitará una media de 70 u 80 aeropuertos por año, es decir, el 20% de los que existen en la UE.

Vigilar la competencia

Menos suerte ha deparado a la AEA el pliego de ruegos que cursó, aprovechando su encuentro del 20 de septiembre con la comisaria De Palacio, hacia el titular de Competencia, Mario Monti.

Tras un análisis de urgencia sobre el impacto de los atentados, la asociación, entre cuyos miembros prominentes figuran Lufthansa, British Airways, Iberia, Alitalia y Air France, ya clamaba por una aplicación casi personalizada de las normas de competencia. "Podemos necesitar una revisión acelerada de las fusiones entre líneas aéreas, de los planes de reestructuración y, en circunstancias excepcionales, la posibilidad de coordinar horarios y capacidades", defiende la AEA en el documento que entregó en Bruselas aquel día.

A juicio de la Comisión, las excepcionales circunstancias aún no han llegado. Mario Monti, en la evaluación del estado del sector que presentó ayer junto a la comisaria española, sólo se inclina por tolerar acuerdos en rutas poco frecuentadas o en tramos de poca afluencia de pasajeros.

"En beneficio de los consumidores y de la competitividad de la industria", atajó ayer Monti, "las actuales normas no se deben cambiar".

Compensaciones en EE UU

Ambos comisarios observan con preocupación, sin embargo, las medidas de apoyo al sector adoptadas por EE UU, que pueden perjudicar a sus rivales europeas "en las líneas trasatlánticas, sobre todo".

De Palacio no descarta una actitud más agresiva "para evitar que las compañías europeas salgan debilitadas". Pero consideran que "todavía es difícil de apreciar esta cuestión".

Washington ha compensado a las líneas aéreas estadounidenses con casi 5.500 millones de euros (915.123 millones de pesetas) por la previsible pérdida de negocio hasta el 31 de diciembre y ha autorizado préstamos y garantías por valor de más de 10.000 millones de euros (1,66 billones de pesetas). Las ayudas se supeditan a la congelación de los salarios por encima de un cierto nivel hasta el 11 de septiembre de 2003 y al compromiso de mantener las rutas consideradas de interés general.

En Europa, adelanta la Comisión, "los daños directos han sido menores". El descenso en las reservas oscila entre el 15% y el 30%, frente a caídas de hasta el 75% al otro lado del Atlántico. La Asociación de Líneas Aéreas europeas, sin embargo, prevé pérdidas hasta finales de año de unos 3.500 millones de euros (582.351 millones de pesetas), como consecuencia de una reducción del tráfico aéreo del 7,7%. Las compañías añaden que 17.000 puestos de trabajo, el 5% del empleo que generan, se encuentra en peligro.

 

De Palacio anima a las compañías europeas a fusionarse

La comisaria europea de Transporte, Loyola de Palacio, defendió ayer con ímpetu la necesidad de "superar el concepto de compañía [aérea] de bandera nacional y llegar al de bandera europea". De Palacio insiste en que la UE no puede seguir permitiéndose el lujo de contar con una compañía grande por país, pues el volumen de negocio de las mayores sólo alcanza un tercio de sus pares estadounidenses. "Va a haber", y la comisaria vacila sólo un segundo antes de añadir mordiente a su premonición, "tiene que haber fusiones o compras de líneas aéreas [europeas]".

La CE no duda de que "la reestructuración y consolidación (...), necesaria ya incluso antes de los ataques terroristas, debe continuar y acelerarse en algunos casos". La comisaria advirtió que Bruselas no tolerará ayudas de Estado en ese proceso, aunque puede contemplar la posibilidad de intervenciones estatales transitorias en caso de dificultad.

El diagnóstico sobre el sector presentado ayer por De Palacio describe una industria "fuertemente endeudada y carente de liquidez". Y desde el 11 de septiembre la situación no ha hecho sino empeorar. En sólo 15 días, ilustra la CE, el valor bursátil de las aerolíneas descendió un 50%, reflejando "la desconfianza del inversor".

Los acuerdos aéreos bilaterales con EE UU constituyen, según De Palacio, uno de los mayores obs-táculos para la consolidación del sector. La comisaria pedirá el martes a los ministros de Transporte de la UE que concedan a la Comisión la posibilidad de negociar un acuerdo global con EE UU que acabe con el tratamiento diferenciado de las rutas transatlánticas de las distintas líneas aéreas europeas.

La comisaria urge también a la creación de un cielo único europeo que acabe con la división del espacio aéreo por territorios nacionales. Bruselas cree que se reducirían así los retrasos en los vuelos intracomunitarios.

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