_
_
_
_
GUERRA AL TERRORISMO

Los ataques de EE UU sobre Afganistán aumentan las tensiones en la región

Los ataques de Estados Unidos sobre Afganistán aumentan cada día la tensión que vive el centro de Asia. Principalmente en Pakistán, donde las autoridades deben, por un lado, demostrar su cooperación con Washington y, por otro, reducir la presión que ejercen quienes se oponen, de manera creciente, a la ofensiva estadounidense. Cualquier error de EE UU en sus objetivos puede poner a Pakistán en una difícil tesitura. Mientras tanto, los bombardeos siguen de forma ininterrumpida sobre Afganistán con la oposición atacando tímidamente por el norte. Los talibán aseguran que EE UU ha matado, con sus incursiones, a 76 civiles y herido a más de un centenar.

Las fuerzas estadounidenses continuaron ayer bombardeando, de forma ininterrumpida, diversos puntos de Afganistán, pero principalmente sobre la capital, Kabul, y sobre Kandahar, al sur del país. Precisamente, una de las bombas cayó a apenas seis kilómetros de la frontera con Pakistán, lo que pone a las autoridades de este país en una difícil situación. Asimismo, se registró una explosión en la base militar de Quetta, sin que al cierre de esta edición hubiera confirmación alguna de su procedencia.

Las manifestaciones de protesta por los ataques de EE UU se suceden cada día en Islamabad y de forma creciente las movilizaciones de apoyo al terrorista saudí Osama Bin Laden. Las autoridades, sin embargo, colaboran con Washington ante el temor de una ofensiva talibán en su territorio, donde cuentan con el apoyo añadido de la etnia pashtún, crítica con el régimen de Islamabad.

Límites a los refugiados

Por otro lado, los miles de refugiados afganos que huyen a Pakistán desde Kabul comienzan a ejercer presiones en el interior del país para recabar apoyos para la oposición afgana y derrocar, así, a los talibán. Pero el presidente de Pakistán, el general Pervez Musharraf, aseguró ayer que no permitirá ningún brote de violencia por parte de los refugiados o de lo contrario procederá a su expulsión del país.

La crítica situación de Pakistán es bien conocida por Washington, que teme una extensión del conflicto hacia Pakistán por su potencial en armas nucleares, como también sucede en la vecina India. De ahí que el secretario de Estado, Colin Powell, viaje este fin de semana a estos dos países, dado su papel crucial como aliados en la lucha contra el terrorismo. Powell expresará explícitamente el apoyo de Washington a Musharraf, por permitirles el uso de su espacio aéreo y tratar de pulsar el ambiente en el país.

"Pakistán se ha comprometido a apoyar a la coalición y EE UU confía en que Pakistán cumpla con sus compromisos como miembro clave de esa coalición que es", señaló ayer un portavoz del departamento.

Mientras tanto, aviones estadounidenses siguieron atacando con bombas y misiles objetivos en Afganistán, donde el Pentágono busca destruir campamentos de entrenamiento de los guerrilleros afines a Bin Laden y debilitar a los gobernantes talibán. Fuentes del Pentágono aseguraron que Estados Unidos prepara misiones con helicópteros de ataque para localizar y capturar a Bin Laden, aunque no de forma inminente, sino de forma posterior a la actual fase de bombardeos.

Pese a la dureza de los ataques, los talibán volvieron a retar ayer a las autoridades estadounidenses al levantar las restricciones de movimientos que hasta entonces habían impuesto sobre Bin Laden y permitirle desarrollar su guerra santa contra EE UU, que -advirtieron- incluirá nuevos atentados en territorio estadounidense si Washington sigue bombardeando Afganistán. Los movimientos, no obstante, tendrán ciertos límites y los talibán no le permitirán utilizar suelo afgano para sus ataques contra EE UU.

La agencia Prensa Islámica Afgana, citando fuentes oficiales, aseguró que las cinco jornadas de ataques arrojan un saldo de 76 muertos civiles y un centenar de heridos en las principales ciudades. Según los talibán, la mayoría de los muertos se ha producido en Kandahar, cuartel general de los talibán, con 28 víctimas, y en Kabul, con 25.

Las baterías antiaéreas de los talibán abrieron ayer fuego contra los aviones estadounidenses desde varios frentes en la capital, que volvió a sufrir cortes de electricidad.

La oposición en el norte

Finalmente ayer la oposición afgana entró en combate en el norte del país. Los combatientes de la opositora Alianza del Norte hostigaron ayer con ráfagas de ametralladora pesada y viejos Kalashnikov las posiciones defensivas talibán con escaso éxito. Estados Unidos se ha comprometido a apoyar la ofensiva de la oposición, pero la pequeña incursión de ayer demostró tanto la falta de medios y estrategia como la falta de unidad para llevar a cabo las misiones.

Cuando esta primera fase de la lucha emprendida por EE UU contra el terrorismo internacional parece próxima a su fin, principalmente por la abismal diferencia en la capacidad militar de las dos partes, las especulaciones se centran en torno a cuándo tendrá lugar la segunda fase y a quiénes afectará en esa ocasión.

La OTAN aseguró ayer que necesita ver más pruebas antes de apoyar la expansión de los ataques. El secretario general de la organización, George Robertson, aseguró ayer que el objetivo de la Alianza es perseguir a los responsables de los ataques, pero con pruebas por delante.

 

La Casa Blanca refuerza el control sobre las televisiones

El Gobierno de Estados Unidos parece decidido a impedir la difusión de mensajes de Osama Bin Laden en su país y, en este sentido, realizó hoy claras advertencias a las emisoras de televisión.

"El mensaje de Osama Bin Laden es propaganda, llamando a la gente a matar estadounidenses. En el peor de los casos, él podría estar emitiendo órdenes a sus seguidores para que inicien tales ataques", afirmó la portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.

Su aseveración llegó poco después de que la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, pidiera a los ejecutivos de la televisión de Estados Unidos que usen su sentido común al transmitir declaraciones de Osama Bin Laden que pueden incluir incitaciones encubiertas a la violencia. Fleischer dijo que Rice sostuvo una teleconferencia con las principales cadenas de televisión del país, en la que expresó su preocupación en torno a mensajes grabados de Bin Laden, como el emitido tras el lanzamiento de los ataques aéreos británicos y estadounidenses contra Afganistán, el país donde se esconde el millonario saudita acusado por Washington de ser el principal sospechoso por los ataques contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono.

El mensaje de Rice, explicado luego por Fleischer, fue interpretado por algunos observadores como una limitación a la libertad de prensa. Pero los ejecutivos de las cadenas televisivas estadounidenses estuvieron de acuerdo en revisar cuidadosamente esas declaraciones de Bin Laden en busca de mensajes encubiertos antes de difundirlas, en lugar de hacerlo tan pronto como las reciben.

Un funcionario de la CNN dijo que su canal "no difundirá declaraciones de Al Qaeda (el grupo terrorista de Bin Laden) en vivo y las revisará primero antes de decidir cómo manejarlas". Otros canales parecen haber optado por el mismo criterio.

 

Londres desvincula a Irak de los atentados de septiembre

Tanto Reino Unido como EE UU aseguraron ayer que no tenían evidencia que vincule a Irak con los ataques del mes pasado en Estados Unidos, lo que reduce las posibilidades de que Washington apunte a Bagdad en su guerra contra el terrorismo, como dejaba entrever recientemente el embajador estadounidense ante la ONU, John Negroponte.

Un asesor del primer ministro Tony Blair insistió en que ningún otro país debería ser atacado sin que se cuente con "evidencia absoluta" de que haya auspiciado el terrorismo y sin que se obtenga un amplio respaldo internacional para una acción militar. "No tenemos evidencia que vincule al régimen iraquí con los eventos del 11 de septiembre", admitió.

Ayer se conoció que Negroponte se entrevistó el domingo pasado con la delegación iraquí ante la ONU, a quienes advirtió que pagarían "un precio muy alto" si Sadam Husein realiza acciones militares en la región mientras se lleva a cabo la ofensiva sobre Afganistán. Negroponte llegó a asegurar que "habrá un ataque militar contra ustedes y serán derrotados".

Bagdad derriba un avión

El embajador de Irak ante la ONU, Mohammed Aldouri, respondió al representante estadounidense que "no traten [EE UU] de aprovecharse de la situación o pagarán un precio".

Pese a este inusitado encuentro y al fuerte cruce de acusaciones llevado a cabo entre ambas delegaciones, el dirigente iraquí, Sadam Husein, volvió ayer a tentar la suerte.

Estados Unidos reconoció ayer haber perdido ayer un avión de reconocimiento, sin tripulación, en el sur de Irak, en el tercer incidente que se produce de este tipo desde el pasado 27 de agosto. Previamente, Irak había informado por televisión que "nuestras defensas aéreas derribaron un tercer avión espía en el sur". Aviones de EE UU y Reino Unido patrullan las zonas de exclusión aérea en el norte y sur de Irak que fueron impuestas tras la Guerra del Golfo.

Archivado En

_
_