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GUERRA AL TERRORISMO

Tres muertos en otra jornada de protestas contra EE UU en Pakistán

Las protestas contra EE UU y en solidaridad con Afganistán volvieron a producirse ayer en varias ciudades de Pakistán, pese a que las autoridades de Islamabad aseguran que son "focos aislados" y que la situación está "bajo control". La policía mató ayer a tres manifestantes en Kuchlak, al suroeste del país, cuando éstos intentaban asaltar una comisaría.

Los bombardeos contra intereses afganos han servido para unir a los distintos grupos integristas islámicos de Pakistán bajo la bandera del sentimiento antiestadounidense. Las manifestaciones contra EE UU volvieron a repetirse ayer en las ciudades fronterizas con Afganistán y en esta ocasión se saldaron con tres muertos y más de un centenar de heridos.

En Kuchlak, la protesta degeneró, según las fuerzas de seguridad paquistaníes, en pillaje. Los manifestantes intentaron saquear una oficina bancaria, pero fueron dispersados por los disparos al aire de la policía. La violencia se trasladó después a una oficina de correos, donde un grupo de manifestantes logró llevarse una suma no determinada de dinero.

Finalmente, la protesta alcanzó a una comisaría de policía, que fue asaltada. Las fuerzas de seguridad no dudaron en dispersar a la muchedumbre con gases lacrimógenos y disparando al aire sus armas reglamentarias. Sin embargo, según reconocieron las propias autoridades, dos manifestantes fueron alcanzados en la cabeza y otro en el estómago.

Queta también vivió una jornada de violencia cuando los manifestantes, unos 1.500 refugiados afganos, según los informes de la policía, intentaron obligar a los comerciantes a cerrar sus negocios, en señal de solidaridad con Afganistán. Muchos tenderos se negaron y la policía volvió a actuar para frenar los enfrentamientos.

En previsión de nuevos acontecimientos, el Gobierno ordenó al Ejército que levantase muros de sacos de arena alrededor de los principales edificios de la capital, Islamabad. También se levantaron barricadas en torno a las instalaciones gubernamentales y numerosas unidades del Ejército se desplegaron por toda la ciudad. El presidente del Gobierno, Pervez Musharraf, reafirmó ayer que los incidentes son "focos dispersos", al tiempo que se mostró convencido del apoyo popular a su decisión de respaldar a la coalición internacional contra el terrorismo liderada por EE UU.

Líderes integristas

Por otra parte, Musharraf acelera los movimientos para dar garantías a Occidente de su apoyo a la causa contra el terrorismo. Las autoridades informaron ayer de que el arresto de tres destacados líderes integristas se mantendrá durante, al menos, los próximos tres meses, para evitar más amenazas contra la estabilidad del régimen en forma de manifestaciones contra los ataques de EE UU. Musharraf volvió a profundizar ayer en la necesidad de acabar con "los santuarios de terroristas", en referencia a Afganistán, nación acusada de dar refugio y apoyo al terrorista saudí Osama Bin Laden, principal sospechoso de los atentados del 11 de septiembre, que causaron miles de víctimas en EE UU.

Musharraf reanudó ayer el diálogo con su homólogo indio, Bihari Vajpayee, como medida para relajar la tensión en la zona. El apoyo de Pakistán a la coalición internacional es vital. Con 145 millones de habitantes, en su mayoría musulmanes, y armamento nuclear, el mayor peligro para Occidente es que Pakistán cayese en manos de los integristas islámicos.

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