Ernst &Young se hace cargo de la gestión de Railtrack
Los auditores de Ernst & Young se hicieron cargo ayer de Railtrack, la compañía que gestiona la red de ferrocarril en Gran Bretaña que fue intervenida este fin de semana por el Gobierno británico. La compañía acusó ayer al Ejecutivo de trato injusto mientras los accionistas se preguntaban si podrían recuperar algo de su inversión. El primer ejecutivo de la compañía, Steve Marshall, anunció ayer que abandonará la compañía en seis meses.
El Gobierno ha renunciado a aportar más fondos a una compañía que se ha visto afectada en los dos últimos años por una serie de accidentes graves, que han perjudicado su reputación. Además, ha sido sancionada en varias ocasiones por su mal funcionamiento y algunas de las obras en curso han superado los presupuestos iniciales.
El ministerio estudia sustituir Railtrack por una empresa sin ánimo de lucro formada por los operadores de trenes, empresas de transportes, sindicatos y pasajeros. Esta empresa no tendría accionistas. La nueva sociedad adquirirá Railtrack y la excluirá del mercado de capitales.
Los analistas del sector consideran que los fondos necesarios superarían largamente los 2.000 millones de libras (536.000 millones de pesetas) presupuestados en su plan de salvamento.