Las economías de la región se ven golpeadas por la pérdida de confianza de los inversores
Asia no siente todavía la profundidad del impacto del 11 de septiembre en sus economías, cuyo deterioro se inició con la desaceleración en EE UU. Sin embargo, los analistas prevén un fuerte daño para las exportaciones -pilar de su crecimiento- en los próximos meses derivado de la herida abierta en la confianza del consumidor estadounidense, que descenderá según Goldman Sachs el 3,5% en el cuarto trimestre. Hasta China verá reducido, según algunos analistas, el crecimiento del PIB al 5,5%, frente al 7,5% previsto, y en brusco contraste con el espectacular 28% del 2000.
Heridos de gravedad resultaron también el turismo y la aviación civil, principalmente por el repliegue de los viajeros estadounidenses. Deudas, exhorbitantes primas de seguros y adicionales medidas de seguridad llevaron ya en Asia a las compañías aéreas a hablar de racionalización. La caída de turistas fue hasta del 30% en Malaisia, pérdida que el Gobierno atribuye a la imagen equivocada de país musulmán y que afecta también a Indonesia y al multiétnico Singapur.
Los ataques del 11 de septiembre reforzaron el deterioro ya existente, como el aumento de la morosidad en los créditos por arriesgadas inversiones en el sector de la tecnología de la información.
Para el secretario general de Asean (Asociación de Naciones del Sureste Asiático), "lo sucedido empeoró la desaceleración económica global y afectó negativamente a nuestros 10 países". Los líderes de Asean, que condenaron individualmente los ataques y no pueden plantearse el apoyo colectivo contra Afganistán por sus realidades políticas (Indonesia es el mayor país musulmán del mundo), se centrarán en analizar las repercusiones en su cumbre de noviembre en Brunei.
En un informe publicado tras los ataques, pero elaborado meses antes, el Fondo Monetario Internacional (FMI) predijo perspectivas sombrías de crecimiento para los llamados tigres asiáticos, pero situaba la recuperación de las exportaciones a principios del 2002. Ahora se ha visto obligado a retrasarla hasta finales del próximo año.
Algunos países, como Corea del Sur, Taiwan y Filipinas anunciaron recortes en los tipos de interés mientras Tailandia o Malaisia optaron por aumentar el gasto público. Pero poco más. Tailandia, Indonesia y Filipinas se enfrentan, además, a su elevada deuda externa y su mínima flexibilidad fiscal.
El regreso de una demanda consolidada en EE UU, la UE y Japón (que absorbe más del 10% de las exportaciones asiáticas) es la mayor y tal vez única posibilidad de crecimiento, pues la demanda regional es demasiado débil. La recesión que habían comenzado a experimentar antes del 11 de septiembre pequeños países de economías abiertas, como Singapur, Taiwan y Hong Kong, que pueden registrar contracciones anuales, también se extenderá a otros como Malaisia. Los analistas prevén también la reducción de la inversión exterior directa y en los mercados bursátiles, cuyo descenso fija el Instituto Internacional Financiero en 10.000 millones de dólares (10.900 millones de euros) en el ejercicio de 2002.