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El nuevo plan fiscal ahorra cientos de miles de millones a las empresas

Argentina frenó en seco la remontada. El Ibex sufrió ayer la mayor caída desde la semana de los atentados, un 3,98%. Los indicadores de los mercados argentinos señalan que la crisis financiera está en su peor momento y el fantasma de la devaluación ha vuelto con más fuerza que nunca. Además, el Nasdaq se tomó un respiro en su carrera alcista de los últimos días y agravó la caída del Ibex.

Argentina existe. La rebaja de los tipos de interés, los comentarios moderadamente optimistas del presidente de Cisco y la consiguiente remontada del Nasdaq habían dado un respiro al Ibex. Entonces hubo quien se molestó en consultar el estado de la crisis en Argentina y comprobó que las cosas están peor que nunca.

El riesgo-país (la diferencia que existe entre la rentabilidad de los bonos argentinos y la del bono americano) se disparó hasta superar los 1.900 puntos básicos, aunque luego se moderó para situarse en 1.868 puntos. El índice Merval, aunque ayer aguantó el tipo, ha perdido un 12% en la semana.

Las cosas empezaron, pues, a torcerse desde primera hora de la mañana. El Ibex retrocedía más de un 2% cuando la mayor parte de los mercados europeos rondaba las ganancias. En esta misma línea, cuando el dato de paro en Estados Unidos (se destruyeron 200.000 empleos en septiembre) arrastró a la baja al Nasdaq y Europa empezó a perder en torno a un 2%, el Ibex llevó sus números rojos hasta el 4%. Cerró un 3,98% abajo.

El mercado se dispuso a manejar la crisis según veía publicarse informes sobre la de situación Argentina a cual más apocalíptico. La convertibilidad puede caer en cualquier momento (lo asegura un analista de Morgan Stanley) y los inversores se aplicaron a vender.

Caen los grandes

En el balance de la jornada quedan retrocesos de gran calado, como el 5% de BBVA, el 4,79% de BSCH, el 5,76% de Telefónica o el 6,47% de Repsol. Los cuatro valores que más pesan en el Ibex (todos ellos, muy expuestos a Argentina) están entre los ocho que más caían del Ibex. Entre ellos generaron alrededor de la mitad de la bajada del índice.

Los fantasmas argentinos han dejado en un segundo plano las noticias que dominaron la agenda económica de la semana. El recorte de tipos, más la expansión fiscal prometida por Bush y los comentarios del presidente de Cisco habían creado un aura de relativo optimismo en los mercados. Así, la Bolsa sólo pierde un 1,98% en la semana, gracias a los ascensos precedentes.

¿Se ha tocado suelo? La pregunta que suele acompañar a todas las crisis bursátiles ni se plantea estos días, tal es la situación de incertidumbre. Muchos quieren creer que sí, pero los acontecimientos de septiembre han demostrado que las habas no siempre están contadas de antemano.

 

Salomon rebaja su recomendación sobre Telefónica

Telefónica perdió ayer la recomendación de Salomon Smith Barney, uno de los bancos de inversión que más ha apostado, tradicionalmente, por la empresa española. Los analistas rebajaron la recomendación de mejor que el mercado a neutral. Asimismo, redujeron el precio objetivo para las aciones de la compañía un 20%, desde 20 euros por acción hasta 13,5. La caída bursátil de la teleco todavía deja un potencial de revalorización del 18%, a pesar de la drástica rebaja en el precio objetivo que calculan para este valor.

La acción de la empresa reaccionó con una bajada del 5,76%, la mayor desde los ataques terroristas a Estados Unidos. No fue sólo el cambio de recomendación lo que pesó en Telefónica. El mercado se dio cuenta del grave empeoramiento de los mercados argentinos (que se venía produciendo desde principios de semana) y castigó a las empresas españolas con intereses en la zona. Así, las pérdidas en Telefónica ya superaban el 3,5% en la sesión matinal, cuando los mercados europeos bajaban.

Además, la apertura bajista del Nasdaq estadounidense agravó la caída de la teleco española, tal y como sucedió con el resto de las empresas del sector en Europa.

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