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CRISIS MUNDIAL

Un palestino mata a tres israelíes antes de ser abatido por la policía

La paz sufrió ayer un nuevo revés en Oriente Próximo. Asesinatos, tiroteos y explosiones marcaron ayer la jornada en Israel. Un palestino vestido como un soldado hebreo abrió fuego por sorpresa en una terminal de autobuses al norte del país. El asesino logró matar a tres personas antes de ser abatido por la policía.

Al menos tres personas resultaron muertas y otras 13 resultaron heridas como consecuencia de la acción del terrorista palestino. El atentado tuvo lugar en la localidad de Afulá y coincidió con la caída al Mar Negro de un avión con 78 ocupantes, en su mayoría israelíes, lo que extendió el pánico entre la población.

El acuerdo entre el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Simon Peres, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat, para sentar las bases de un alto el fuego ha quedado ya totalmente olvidado.

Las dos partes del conflicto se culpan mutuamente del fracaso del alto el fuego, mientras la violencia se acelera. En la ciudad cisjordana de Hebrón, las tropas israelíes abatieron a un joven de 28 años e hirieron a tres niños, según informaron las fuentes del hospital palestino de la zona.

Hebrón está dividida en dos por un asentamiento de colonos judíos, fuente de innumerables conflictos. A última hora de la tarde, un hombre próximo al Gobierno de Arafat perdió la mano y resultó gravemente herido al estallar a su paso un explosivo accionado por control remoto. Las autoridades palestinos calificaron el hecho como un intento de asesinato de las fuerzas israelíes. Unos 30 palestinos han muerto en los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelí desde que se firmó el acuerdo entre Peres y Arafat.

Peres volvió a reunirse ayer con oficiales palestinos, pero el encuentro resultó un fracaso. Las posibilidades de paz parecen cada vez más lejanas. El Ejército israelí ha decidido permanecer durante un "tiempo indefinido" en una zona del norte de Gaza, que las tropas ocuparon el día anterior. Además, el Gobierno del primer ministro, Ariel Sharon, autorizó nuevamente la llamada política de "perseguir y matar" a los militantes palestinos sospechosos de preparar atentados contra intereses israelíes. Con estos mimbres, los esfuerzos de Arafat y Peres se antojan estériles. Al menos, 615 palestinos y 173 israelíes han muerto desde el inicio de la Intifada, hace ya más de un año.

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