Maragall presenta la moción de censura contra Jordi Pujol
Más de un año después de anunciarla y coincidiendo con el final del debate de política general, el presidente del PSC, Pasqual Maragall, presentó ayer en el registro de la Cámara catalana su solicitud de moción de censura contra el Gobierno de Jordi Pujol. La moción, que se podrá debatir a partir del próximo martes -el calendario final lo fijará el presidente de la Cámara-, obedece, según explicó Maragall, a la "necesidad de abrir una nueva etapa", tras constatar el debilitamiento del Ejecutivo catalán.
Para que la iniciativa prospere Maragall necesita el acuerdo de la mayoría absoluta de la Cámara: 68 diputados. En la práctica esto significa todo el arco parlamentario de izquierda (ERC, IC-V y el propio PSC) y que algún diputado del PP o CiU rompa la disciplina de grupo y se sume a la iniciativa. El líder del PSC asume la inviabilidad aritmética de la moción, pero espera visualizar con ella el agotamiento de la era Pujol.
El consejero jefe del Gobierno catalán, Artur Mas, calificó la iniciativa como "una pérdida de tiempo" y un "juego oportunista". Mas, no obstante, aseguró "tener ganas de que se celebre el debate y se demuestre que es un grave error".
Maragall oficializó la anunciada moción de censura tras constatar que Convergència i Unió no pactará con nadie que no sea el Partido Popular.
De hecho, ayer mismo, las votaciones de las resoluciones del debate de política general permitieron visualizar que el pacto CiU-PP se mantiene intacto, a pesar de las últimas diferencias surgidas entre ambos con motivo de la Ley de Estabilidad Presupuestaria o las vacantes del Tribunal Constitucional. Si bien Pujol coqueteó con Esquerra y aprobó con los republicanos varias resoluciones conjuntas que reclaman un mayor autogobierno, se siguió apoyando en el PP para evitar la reprobación del Ejecutivo que solicitaban los grupos de izquierda. CiU, a cambio, aprobó todas las propuestas presentadas por los populares.
ERC seguirá negociando
Ante esta situación, Esquerra Republicana optó por no someter a votación su propuesta de "pacto nacional de estabilidad", ante la evidencia de que no sería apoyada por ningún partido. La formación, no obstante, anunció la apertura de conversaciones para intentar alcanzar un acuerdo en el futuro.
Entre las resoluciones pactadas con CiU figuran la reclamación inmediata, por la vía del artículo 150 de la Constitución, de todas las materias susceptibles de ser transferidas a la Generalitat.