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CRISIS MUNDIAL

La OTAN y la ONU respaldan las futuras represalias de EE UU

Estados Unidos recibió ayer el apoyo de la OTAN y Naciones Unidas a las acciones de represalia que decida emprender por el ataque terrorista del pasado septiembre. La Alianza Atlántica considera probada la intervención de Osama Bin Laden en los ataques, lo que activa la cláusula de defensa mutua y obliga a sus miembros a apoyar posibles ataques.

El embajador itinerante de EE UU, Francis X. Taylor, se reunió ayer con el Consejo Atlántico, al que, según el portavoz de la organización, ofreció pruebas que indican "claramente" que la organización de Osama Bin Laden, Al Qaeda, está vinculada con los atentados del 11 de septiembre, por lo que los considera "acciones cubiertas por el artículo V". Este artículo del Tratado obliga a los aliados a prestar apoyo a cualquiera de los miembros de la OTAN que sufra una agresión exterior en su territorio.

El secretario general de la OTAN, George Robertson, precisó que la invocación de este artículo no significa que existan ya planes de la Alianza para una intervención militar contra la organización de Bin Laden.

El presidente estadounidense, George Bush, agradeció el apoyo explícito de los aliados, un respaldo que también recibió del secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan.

Annan aseguró que las resoluciones del Consejo de Seguridad contemplan el derecho a la legítima defensa cuando la seguridad de un país se ve amenazada y recordó que el propio Consejo definió el ataque como "una amenaza para la seguridad y la paz internacional". Con ello, cualquier represalia que tome EE UU quedará también amparada por la ONU.

Las evidencias, sin embargo, no están claras para Pakistán, único estado que reconoce al Gobierno talibán de Afganistán.

El embajador afgano en Pakistán instó ayer a EE UU a mantener negociaciones para evitar las consecuencias de la represalia militar estadounidense ante su negativa a entregar al militante islámico Osama Bin Laden.

"Comenzar una guerra no es fácil o sencillo y tiene un resultado futuro sumamente malo", dijo el embajador y ulema Abdul Salaam Zaeef. "No queremos complicar los problemas del pueblo, del país o la región", concluyó.

La Casa Blanca reiteró su rechazo a negociar con los talibán. El presidente Bush volvió a exigir a los talibán que "destruyan los campos terroristas que tienen allí". Además dijo que "no hay calendario" preestablecido para la toma de represalias: "Actuaremos en nuestro momento. Y lo haremos de una forma que no sólo ofrezca la máxima seguridad para EE UU sino que también facilite que en el futuro haya más libertad en el mundo".

USA Today informó ayer de que el plan de apoyo a los grupos de oposición al Gobierno talibán incluirá la eliminación del embargo a la venta de armas a India y Pakistán.

Sin embargo, esta decisión resultará polémica en el Congreso por el temor a que sea contraproducente a largo plazo. Aunque pocos hablan de ello en público, muchos congresistas temen que Estados Unidos repita el error cometido en los años ochenta, cuando apoyó a las guerrillas islámicas para que expulsaran a los soviéticos de Afganistán. El diario anota que "los soldados americanos que entren en aquel país se enfrentarán con guerrilleros entrenados y armados por EE UU". Y afirma que la CIA entregó a las guerrillas afganas dinero y armamento (incluido un número indeterminado de misiles Stingers que EE UU no sabe si siguen o no en manos afganas).

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