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El beneficio bruto de las empresas crece la mitad que hace un año

Los beneficios de las empresas no financieras crecieron en el primer semestre del año un 4,7%, prácticamente la mitad que en el primer semestre de 2000, cuando lo hicieron a una tasa del 8,8%. Esta evolución es compatible con una desaceleración en la facturación de las empresas, que creció una tercera parte que en 2000, provocada por la pérdida de dinamismo en el consumo y la inversión privada, según la Central de Balances del Banco de España.

La desaceleración de la actividad económica en España se ha dejado ya sentir en los resultados de las empresas en los seis primeros meses del año. Si la Central de Balances del Banco de España destacaba que en el primer trimestre se notaba ya la pérdida de impulso económico, ésta es más acusada en el segundo trimestre, pese a que han mejorado algunos indicadores de la rentabilidad de las empresas.

El valor añadido bruto (VAB) generado por las empresas ha crecido en los seis primeros meses del año en un 4,8%, frente al 7,5% registrado en el mismo periodo del año 2000. Dado que los gastos de personal han aumentado ligeramente menos (5,1% frente a 5,5% en el primer semestre de 2000) como consecuencia de una pérdida de impulso en la creación de empleo, el resultado bruto de explotación crece aún un 4,7%, poco más de la mitad que en el mismo periodo del anterior ejercicio.

En paralelo, los gastos financieros crecieron más que en periodos anteriores analizados por el Banco de España, fundamentalmente por el crecimiento del endeudamiento, así como por un ligero repunte en el precio pagado por los créditos. Así, el resultado ordinario neto, expresado como beneficio en porcentaje sobre el valor añadido bruto, osciló entre un 21% y un 25,8%. Esta variable en el primer semestre de 2000 mantenía una horquilla similar pero más estable, en torno a 26 pesetas de cada 100 de VAB.

El Banco de España destaca que los ingresos financieros crecieron notablemente, frente a un estancamiento en 2000, y descendieron por vez primera en mu-cho tiempo las dotaciones y amortizaciones, lo que ha provocado que el resultado ordinario neto creciera un 10,1%, frente al 8,3% del primer semestre de 2000, lo que ha permitido mantener altísimas rentabilidades del activo y de los recursos propios, ligeramente superiores incluso a los del primer semestre del año pasado.

El Banco de España advierte, no obstante, que "la ralentización producida en la economía, unida a las graves incertidumbres que pesan sobre la situación económica mundial, abre algunos interrogantes sobre la evolución de la economía española en los próximos meses". Añade que "pese a tales incertidumbres, la saneada situación patrimonial de las empresas españolas y sus elevadas tasas de rentabilidad suministran una base sólida para afrontar los retos de un escenario de menor dinamismo y mayores riesgos".

Diferencias por sectores

La ralentización en el crecimiento de las ventas y del VAB no es igual para todas las actividades en el primer semestre de 2001. La contracción se ha producido en la industria manufacturera, menos intensa en las industria de alimentación y tabacos, y más en el sector de gas, electricidad y agua. Por contra ha crecido más en el comercio (11,3%) y las empresas de transporte, almacenamiento y comunicaciones (10,6%). En cuanto al destino de las ventas, se reduce la salida al exterior.

Las empresas dedicadas al comercio mantienen un crecimiento fuerte, pero sólo del 7,2%, frente al 12,8% del primer semestre del año pasado. Contabilizando las sociedades destinadas al comercio de productos procedentes del refino de petróleo, se produce un avance más moderado por la caída de precios.

Pese a la contracción en la actividad empresarial, aún el 59,2% de las empresas consultadas por la Central de Balances registró aumento de su valor añadido bruto, y un 26% lo hizo a tasas superiores al 20%.

 

4 de cada 10 empresas destruyeron empleo el primer semestre

En los seis primeros meses del año las empresas españolas que aportan sus resultados a la Central de Balances mantuvieron la creación neta de empleo; pero el avance fue de sólo un 0,9%, frente a un 2,5% en el primer semestre de 2000, como consecuencia de la contracción de la actividad. Este cambio de tendencia no ha sido uniforme, ya que mientras que las empresas de electricidad, agua y gas, así como las de transportes y comunicaciones, han mantenido sus procesos de ajuste y han perdido un 3,5% de sus efectivos, las de comercio han creado nueva ocupación, con crecimientos del 6,6%. La industria manufacturera creció un 0,5%, pese a la caída de la actividad.

La Central de Balances revela que el crecimiento económico actual está cercano a la destrucción de empleo. De hecho, ya en los seis primeros meses del año el 41,3% de las empresas (4 de cada 10) destruyeron empleo, mientras que un año antes sólo perdían plantilla el 34% de las empresas. La pérdida de impulso en la creación de empleo ha venido acompañada de un crecimiento en las remuneraciones medias, que han pasado del 3,3% en el primer semestre de 2000 al 4,2% de este año. Como es tradicional, las remuneraciones medias crecieron más en las empresas que destruyeron empleo que en las que lo crearon. Las remuneraciones medias aumentaron más que la inflación en un 54,6% de las sociedades analizadas, lo que puede poner en peligro la competitividad.

 

El coste financiero sube un 40% por el avance de la deuda

Los gastos financieros para las empresas aumentaron un 39,6% en los seis primeros meses del año respecto a los que soportaron en el mismo periodo del año 2000. Esta tendencia, que se inició en 1998, es debida fundamentalmente al aumento del endeudamiento por parte de las empresas para hacer frente a los procesos de inversión, acometidos por esta vía por la presencia de tipos de interés desconocidamente bajos en los últimos años.

Del incremento global del 39,6% del coste financiero, 30,3 puntos son imputables al aumento de las deudas contraídas, y 9,3 puntos, a la variación al alza de los tipos de interés. Con el crecimiento de la financiación ajena, el peso de esta partida sobre la producción fue del 5,2%, frente al 3,7% en el primer semestre de 2000; no obstante, la repercusión sobre los resultados aún no es significativa, según el Banco de España, entre otras cosas porque buena parte de esta financiación se destina a compras de negocio fuera, que proporcionan a su vez ingresos financieros importantes a las empresas españolas.

Rentabilidades

La rentabilidad del activo alcanzó en los seis primeros meses un 8,7% (valor ligeramente inferior al de 2000, pero superior al del primer semestre de 2000), como consecuencia de la caída de las amortizaciones por vez primera en muchos años. Dado que el coste de financiación de los recursos ajenos fue de un 5,9% (superior por el aumento de la deuda), el apalancamiento financiero (que mide la diferencia entre la rentabilidad del activo y el coste de financiarlo) se mantiene en tasas notablemente positivas del 2,8. No obstante esta ratio, que crecía en los últimos años sistemáticamente, se ha contraído ligeramente, ya que en 2000 fue de 3,3.

El apalancamiento financiero supera el 6 en la industria manufacturera, el comercio, las empresas de logística y las de comunicaciones. Las empresas privadas lo tienen en 3,3 y las públicas lo tienen negativo.

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