Llega el octubre del miedo
Cuentan los expertos que todos los meses son, por definición, difíciles y peligrosos en Bolsa, por lo que nunca hay que bajar la guardia. En los anales del mercado hay, sin embargo, referencias históricas de olvido imposible. El desastre bursátil de 1929 se produjo en octubre, lo mismo que el crash de 1987 o la traca bajista final de la gran crisis financiera internacional de 1998.
El octubre del miedo ha llegado a la Bolsa con regusto amargo después de la violencia de septiembre, aunque la última semana, la pasada, salvó muchos muebles. Octubre llega, dicen los expertos en sus informes apresurados de situación, con una situación ambiental más deteriorada de lo previsto.
Hace un año justo que comenzó la moda de las advertencias negativas sobre resultados empresariales en Estados Unidos a la que siguió la primera oleada de despidos. Un año después, los atentados del día 11 han contribuido a empeorar una situación que seguía sin ofrecer síntomas ciertos de recuperación a pesar de las sucesivas caídas de los tipos de interés.
Octubre es un mes pródigo en presentación de resultados empresariales en Estados Unidos. Es fácil deducir que un buen número de empresas no cumplirá objetivos y, también, que avisarán de empeoramientos para trimestres venideros.
El debate, por tanto, es si los bajos precios que han alcanzado un importante número de empresas cotizadas ya recogen este supuesto o si, por el contrario, cabe esperar nuevos recortes. El debate es, también, si un posible recorte, hoy mismo, de los tipos de interés en Estados Unidos servirá para neutralizar impactos negativos de mayor profundidad.
Octubre, en fin, se estrena con los nervios a flor de piel y, lo que es más importante, con la incógnita derivada de una situación internacional confusa por los atentados terroristas.