Los inversores buscarán un nivel de referencia en el Ibex esta semana

Hay hechos históricos, situaciones que pasarán a los anales de la Bolsa por llamativas y espectaculares. El último, el fuerte respingo alcista de la Bolsa española justo cuando la totalidad de los analistas y agitadores recomendaban prudencia, cautela y liquidez al considerar que lo peor no había pasado.

Cuando se ojean las últimas proyecciones y se recuerdan los recientes llamamientos a la prudencia, a buscar liquidez, y se observa que el mercado hace lo contrario, es más, sube con brío, los observadores recuerdan aquel viejo axioma del sentimiento contrario en los mercados.

Basta que el conjunto de la Bolsa, los que más influyen, se sitúen en una misma dirección (si han comprado o están comprados aconsejarán comprar; si han vendido o están vendidos, aconsejarán deshacer posiciones, porque así son la cosas) para que las reacciones de los precios sean radicalmente opuestas. De no ser así, la inversión y la especulación en Bolsa sería un juego de párvulos.

El mercado español, fuertemente penalizado antes y después de los atentados terroristas del 11 en Estados Unidos, ha sacado fuerzas de flaqueza. Y lo que es más importante, ha logrado, como el resto de las Bolsas europeas, desvincularse de la evolución de los mercados estadounidenses. Parece que los gestores, por fin, han reparado en que las valoraciones al otro lado del Atlántico son insostenibles y que aquí los precios son más baratos.

Esta secuencia ha permitido reequilibrar los niveles de volatilidad de los últimos días y proyectar nuevas bandas de fluctuación de los índices. El gran reto del mercado para las próximas semanas consiste, en efecto, en buscar el equilibrio en los movimientos del Ibex, que muy bien ha podido tocar fondo, haber marcado ya el mínimo.