<i>Recompras de posiciones a corto plazo</I>

El lenguaje, siempre complicado, de la Bolsa admite términos como posiciones largas o posiciones cortas. Las primeras son aquellas que plantean subidas de la Bolsa. La frase estoy largo significa que se apuesta por una subida del mercado. Por contra, estar corto conlleva la venta a crédito o con préstamo de unos valores que no se tienen con el ánimo de recomprarlos (devolverlos) a precios más bajos.

Tanta ha sido la inquina, incluso la violencia bajista en los mercados, que cualquier aprendiz de Bolsa ha entendido en las últimas semanas que para ganar dinero en épocas de turbulencias lo adeudado es ponerse cortos. Los derivados, con posiciones en futuros o de put, también ayudan en este proceso.

Se cuenta en los mentideros del mercado que los jugadores a corto han hecho fortuna en el verano y, lo que es más importante, han puesto de moda este juego. Sucede, también con frecuencia, que cuando todos los participantes en el mercado apuestan por lo mismo nunca aciertan, porque el mercado hace lo contrario.

Esta situación se complica más cuando quienes han vendido títulos que no tienen reparan en que éstos en lugar de bajar suben y que lo prudente es recomprar antes de que las pérdidas sean mayores.

Las Bolsas, cuentan los operadores más dinámicos, viven en los últimos días una situación de corrección técnica al alza impulsada más por el efecto aspiradora de quienes recompran títulos que por la entrada de dinero cierto. Son las reglas del juego, la vieja ley del péndulo que parecen haber olvidado muchos gestores, inversores y especuladores bursátiles.

Situaciones técnicas aparte, los mercados tratan de buscar nuevas bandas de fluctuación de los índices principales a pesar del sentimiento bajista de los analistas. Insisten en que lo peor no ha llegado. ¿Qué decían hace un mes?