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Aznar precipita la dimisión de Pilar Valiente al frente de la CNMV

La presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Pilar Valiente, dimitió ayer del cargo después de que José María Aznar hiciera llegar al vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, la necesidad de proceder a un relevo inmediato al frente del organismo supervisor. La renuncia se produce pese al deseo del ministro de Economía de promover una voladura controlada del escándalo Gescartera y retrasar en lo posible, hasta la conclusión de los trabajos de la comisión de investigación, la sustitución de Valiente. La oposición subió ayer el listón de las responsabilidades políticas, aunque diversos miembros del Gobierno elevaron la voz para decir que ni Rato ni Cristóbal Montoro deben dimitir.

La intervención personal de José María Aznar precipitó ayer la dimisión de Pilar Valiente al frente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), rompiendo así la estrategia diseñada por el vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, de retrasar en lo posible el relevo en el organismo supervisor. Fuentes del PP informaron ayer que la decisión del presidente del Gobierno de forzar la renuncia de Valiente fue tajante, después de conocer el contenido de la agenda en la que Pilar Giménez-Reyna, presidenta de Gescartera, involucra a la hasta ahora responsable de la CNMV en el trato de favor a la agencia de valores.

Los miembros del Gobierno y del Grupo Parlamentario Popular cerraron ayer filas en torno a Rodrigo Rato y al titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, aunque desde ambas instancias, en privado, se reconocía que la dimisión de Pilar Valiente rompe la estrategia de defensa diseñada por el equipo del vicepresidente segundo para contrarrestar la ofensiva del PSOE en el caso Gescartera.

Desde el primer partido de la oposición se considera que la decisión de Valiente deja a Rato y Montoro sin parapeto con el que eludir sus responsabilidades políticas, aunque la mirada del PSOE se centra en el ministro de Economía. Rato fue quien condujo a Pilar Valiente a la CNMV en noviembre de 1998, en calidad de consejera, y el que dos años más tarde la aupó hasta la presidencia de la institución. Ayer, media hora antes de hacerse oficial la renuncia, el propio Rato defendía a Valiente en estos términos: "No podemos dudar de la honorabilidad de nadie sin ninguna base de pruebas".

Valiente acompañó su despedida con un comunicado en el que justifica su decisión como "un ejercicio de responsabilidad" ante "el acoso que he sufrido en los últimos tiempos". También asegura que se va "con la conciencia muy tranquila" y con su "honor profesional absolutamente a salvo", convencida de que hace "un acto de servicio a esta institución y a mi país".

Desde el Ministerio de Economía se valoró ayer la renuncia de Valiente como un "acto de responsabilidad" y una "decisión perfectamente razonable". Altos responsables del departamento negaron, sin embargo, cualquier disparidad de opiniones entre Aznar y Rato sobre cómo afrontar el caso Gescartera. Estas mismas fuentes también desmintieron el pasado lunes que el vicepresidente segundo hubiera pactado la renuncia de la ex presidenta de la CNMV durante la reunión que ambos mantuvieron el 31 de agosto en la sede de Economía.

Defensa cerrada

Atrás queda la defensa cerrada que el Gobierno y la dirección del PP hicieron de la presidenta de la CNMV desde que estalló el escándalo el pasado junio, cuya inflexión se produjo el martes después de difundirse el dietario de la presidenta de Gescartera, hermana del dimitido secretario de Estado de Hacienda, Enrique Giménez-Reyna.

Desde el Gobierno y el Grupo Popular se afirma que pese a la dimisión de Valiente, la agenda incautada a Pilar Giménez-Reyna lo único que demuestra es "la implicación de altos cargos de segundo nivel, que han estado engañando a sus superiores", pero que "en modo alguno se desprende responsabilidad política de miembros del Ejecutivo". Los mismos medios confían en que "con esta dimisión termine la cadena".

 

Roldán asume las funciones de la dimisionaria

El vicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Juan Jesús Roldán, asumirá provisionalmente la representación legal de la Comisión y las facultades delegadas por el consejo de la institución en la presidenta dimisionaria, Pilar Valiente. La Ley del Mercado de Valores prevé esa sustitución en los casos de "vacante, ausencia o enfermedad", lo que se da desde este momento, aunque Valiente siga ocupando formalmente la presidencia en tanto el Gobierno acepte su renuncia y ésta sea publicada en el Boletín Oficial del Estado. El Consejo de Ministros deberá elegir, a propuesta del ministro de Economía, al sustituto de Valiente "entre personas de reconocida competencia en materias relacionadas con el mercado de valores". El mandato del nuevo presidente no será de cuatro años -la duración normal-, sino que expirará al término del mandato previsto para Valiente, es decir, en octubre de 2004, fecha en la cual podrá ser renovado por una sola vez para cuatro años más.

El presidente y el vicepresidente de la CNMV cesan en su cargo por la expiración de su mandato, por renuncia aceptada por el Gobierno o por separación acordada por el Gobierno por incumplimiento grave de sus obligaciones, incapacidad permanente para el ejercicio de su función, incompatibilidad sobrevenida o condena por delito doloso, según la ley.

El consejo de la CNMV está compuesto por presidente, vicepresidente, dos consejeros natos (el director general del Tesoro y el subgobernador del Banco de España) y tres consejeros nombrados por el ministro de Economía, entre los que hay ahora una vacante.

El vicepresidente, Juan Jesús Roldán, es licenciado en Derecho y en Ciencias Políticas, Económicas y Comerciales, abogado del Estado, agente de cambio y Bolsa y corredor de comercio. Fue miembro de la Junta Sindical de la Bolsa de Madrid.

 

Perfil

De inspectora de Hacienda a supervisora de los mercados

Pilar Valiente no ha durado ni un año al frente de la CNMV. Su nombramiento como consejera en 1998 ya fue polémico. Inspectora de Hacienda, se dudó que su perfil encajase con el de persona "de reconocida competencia en materias relacionadas con el mercado de valores".

Su elección fue interpretada por algunos como un premio por lo a pecho que se tomó la investigación del caso de los 200.000 millones de deuda fiscal que, según el Gobierno del PP, habrían perdonado los socialistas a amigos suyos al dejar prescribir expedientes. El caso quedó en nada pese a los esfuerzos de Valiente, directora entonces de la inspección fiscal, y de su amigo y jefe, Jesús Bermejo, al frente de la Agencia Tribu-taria. Ambos salieron de sus cargos por la puerta falsa tras ser acusados de incursiones nocturnas a su anterior despacho de la Unidad del Fraude en busca de expedientes.

Un consejo dividido

Con tales precedentes, los socialistas consideraron una afrenta su ascenso a presidenta. Valiente, además, había torpedeado desde dentro, junto con el vicepresidente de la CNMV, Luis Ramallo, la labor del anterior presidente, Juan Fernández-Armesto, menos marcado políticamente y mucho más preparado. La división en el seno del consejo era un secreto a voces, aunque no se supo entonces que afectó al caso Gescartera. La decisión de Valiente de anular nada más asumir la presidencia las cartas circulares elaboradas durante años por Fernández-Armesto fue vista por muchos como una especie de ajuste de cuentas.

Finalmente, los temores de que acabaría llevando el escándalo a una institución que había estado a salvo de él se han demostrado fundados.

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