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Bush promete ayudas para mitigar la crisis de las compañías aéreas

Las aerolíneas de todo el mundo se enfrentan a un futuro incierto tras el uso suicida de aviones civiles para atentar en Estados Unidos. Las compañías de ese país han empezado a anunciar despidos y recortes de capacidad, mientras el presidente de Continental advertía ayer sobre la posible quiebra de toda la industria. En la reapertura de Wall Street, las aerolíneas registraron caídas del 40% en su valor. Poco después, el Gobierno Bush se apresuraba a anunciar ayudas públicas para garantizar su futuro. La crisis se ha extendido a las compañías europeas, que, tras sufrir pérdidas en Bolsa en la última semana que oscilan entre el 20% al 38%, empiezan a anunciar despidos.

Negro panorama para la industria aérea. Los ataques terroristas del pasado martes han sacudido el negocio por el miedo a volar que ha generado el incidente, la inquietud añadida sobre la desaceleración económica mundial, y los costes que generarán los nuevos protocolos y sistemas de seguridad que se van a implantar en aviones y aeropuertos.

De momento, las compañías aéreas norteamericanas United Airlines, American Airlines, Northwest Airlines y Continental Airlines anuncian que reducirán la capacidad de sus vuelos de largo recorrido un 20%, en previsión del descenso de la demanda prevista. "La reducción es una consecuencia directa de la situación actual y en previsión del impacto negativo en el tráfico aéreo debido a los atentados terroristas del pasado martes", afirmaron fuentes de United. Por su parte, el presidente de Delta Air Lines, Leo F. Mullin, declaró que su compañía operará un 20% menos de capacidad en las próximas semanas, según indicó el diario The Wall Street Journal.

"Atravesaremos un periodo positivo durante los próximos 60-90 días, pero todo depende del impacto y la recuperación del tráfico aéreo", afirmó Mullin, con un espíritu más optimista que sus competidores. Delta tiene unos buenos resultados, pero "no hay compañía que aguante este tipo de cambios sin reflejarlos en su cuenta de resultados", añadió.

El presidente de Continental Airlines, Gordon Bethune, esbozó un panorama muy sombrío.

Tras recordar que su compañía está despidiendo a una quinta parte de la plantilla, aproximadamente 12.000 personas, avanzó que presumiblemente 100.000 empleados podrían perder el trabajo en el sector en los próximos días. "La paciencia está desapareciendo muy rápidamente", afirmó Bethune en declaraciones al New York Times. "Todas [las compañías aéreas] iremos a la bancarrota antes de final de año", añadió.

US Airways se sumó ayer a la lista y comunicó el despido de 11.000 empleados, el 10% de la plantilla, y la reducción de los vuelos en un 23%. Además, American Airlines y Northwest podrían preparar anuncios en este mismo sentido en los próximos días.

Ante esta situación, el Gobierno Bush se apresuró ayer a prometer ayudas públicas al sector para evitar su hundimiento. El secretario del Tesoro norteamericano, Paul O'Neill, aseguró que el Gobierno examinará las posibilidades para prestar asistencia a las compañías aéreas afectadas por los atentados.

"Algunas compañías tienen problemas de tesorería y de ingresos. No podemos dejar que este sector industrial se hunda por acontecimientos de este tipo, por lo que debemos sopesar si es razonable darles ayuda", dijo.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ya adelantó este apoyo después de que las aerolíneas emprendieran la caída libre en el parqué neoyorquino, en el transcurso de una reunión con sus consejeros destinada a evaluar las repercusiones económicas de los atentados.

Las secuelas de la crisis han llegado también a Europa. Las principales aerolíneas han caído desde el martes 11 entre el 20% y el 38% y empiezan a anunciarse planes de despido. Virgin, cuyo negocio clave son las rutas del Atlántico Norte, ha anunciado la salida de 1.200 trabajadores, y el presidente de Sabena, aerolínea belga en graves dificultades, ha advertido que ante la caída anticipada de la demanda podría verse abocada al cierre en unos meses a menos que abordase un drástico plan de reducción de costes y plantilla. La Asociación de Pilotos Británicos ha solicitado al Gobierno ayudas públicas para asegurar el futuro de las aerolíneas. Por contra, Air France ha decidido expandir sus operaciones internacionales por diferentes puntos del mundo.

 

Las agencias reciben un aluvión de cancelaciones

Los sistemas de reservas registraron una caída del 30% en los días posteriores a los atentados

G. G. Madrid

Las agencias de viajes españolas están recibiendo miles de cancelaciones de reservas para volar y viajar. A eso se suma una caída en la actividad del negocio. Ambas circunstancias tienen su origen en los atentados de la semana pasada en Nueva York, según el presidente de la Cúpula Asociativa de Agencias de Viajes Españolas (Caave), Jesús Martínez Millán.

Esa caída en la actividad del negocio, junto a las cancelaciones, ha provocado que en los pasados días 11 y 12 se produjera una reducción de reservas netas de un 30% en el mercado español, según datos de uno de los principales sistemas de reservas.

Martínez Millán indica que desde que se ha reabierto el espacio aéreo estadounidense se está recuperando el nivel de actividad. Sin embargo, Martínez indica que esa recuperación no afectará a los viajes en dirección a países árabes o que puedan estar implicados en el conflicto o cercanos a esa zona, como es el caso de Pakistán, Irán, Jordania, Egipto o Turquía.

En el otro lado del negocio turístico, el que se concentra en la recepción de turistas, la crisis puede afectar de modo positivo a España, ya que, según Martínez, se puede producir un desvío de viajeros desde esos destinos que los turistas perciben como conflictivos hacia zonas de España, de forma análoga a lo que sucedió en la Guerra del Golfo.

Otras fuentes del sector turístico consideran que el descenso de viajes en dirección a EE UU será "espectacular" ante la incertidumbre de posibles represalias y el inicio de un conflicto bélico.

La organización que agrupa a las agencias de viajes tiene previsto reunirse el próximo miércoles con representantes de la Administración para tratar la crisis producto de los atentados de la semana pasada y las consecuencias que puede tener sobre el turismo la previsible intervención de EE UU en al-gún país musulmán.

Por su parte, el sistema de reservas de billetes de avión, Amadeus, ha cifrado en un 28% la caída de reservas de viajes entre los pasados días 11 y 14. Esa disminución sumó un 74% en el mercado estadounidense, mientras que en el resto de países el descenso fue de un 19%.

En términos absolutos, la reducción supuso 1,6 millones de reservas menos que en el mismo periodo del año anterior.

 

Daimler y GM interrumpen la producción en Estados Unidos

Los fabricantes automovilísticos General Motors y DaimlerChrysler aseguraron ayer que la escasez de componentes, derivada de la cancelación de algunos vuelos tras los atentados perpetrados el pasado martes en Estados Unidos, ha interrumpido la producción en algunas de sus plantas norteamericanas. Las dos compañías desconocen cuándo se normalizará la situación.

Esta falta de equipamientos ha llevado a la factoría de General Motors en Janesville, que fabrica el Chevrolet Tahoe, el modelo Suburban y el GMC Yukon y Yukon XL, a perder cinco horas de producción el pasado jueves.

La instalación industrial de esta firma en Michigan, que produce el Chrevrolet Silverado y GMC Sierra, perdió tres horas de producción ese mismo día. La planta de camiones en Flint cerró el jueves con una hora y media de producción menos, al igual que la factoría de Ontario, que perdió cuatro horas de producción el jueves y ocho el viernes.

Cierre temporal

DaimlerChrysler, señaló que suspendió durante tres horas la producción en su fábrica de Ontario debido a la falta de componentes. Esta planta es una de las dos fábricas del grupo germano-estadounidense que producen minivans de Chrysler y Dodge. Esta instalación industrial fabrica 1.325 unidades diarias. La carencia de componentes podría causar el cierre temporal de otras fábricas de DaimlerChrysler en Norteamérica, según indicó un portavoz de la compañía.

Por el contrario, la compañía automovilística alemana BMW informó ayer de que no prevé una reducción de la producción en EE UU tras los atentados en Nueva York y Washington.

BMW no cree que estos atentados vayan a tener influencia a largo plazo en la demanda en ese país, donde el grupo alemán produce el todoterreno X5 y el descapotable dos plazas Z3.

Por otro lado, ayer el fabricante informático Apple canceló, por motivos de seguridad la feria Apple Expo 2001, que debía celebrarse en París entre el 26 y el 30 de septiembre. El presidente de Apple, Steve Jobs, señaló que la exposición, que iba a tener lugar en la capital francesa, quedaba cancelada por los "devastadores y trágicos acontecimientos de la semana pasada".

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