La plantilla de Santana amenaza con rechazar su paso a las industrias privadas

El proceso de privatización parcial de Santana, considerado por la Junta de Andalucía como inexcusable para la viabilidad de la compañía, puede encontrarse con el rechazo de la plantilla. Los trabajadores mostraron ayer "escepticismo, preocupación e indignación" ante la venta de nueve líneas de negocio que prepara la Junta de Andalucía, dado que, según su versión, no se han garantizado salarios ni condiciones laborales.

Así lo denunció ayer a Europa Press el presidente del comité de empresa, Juan Salazar, tras una asamblea informativa sobre el contenido de la reunión celebrada el lunes en Sevilla con el Instituto de Fomento de Andalucía (IFA), propietario de la compañía.

Salazar añadió que los trabajadores han mostrado "frialdad" ante los planes de la Junta porque sólo una de las empresas, Trater, respetaría el salario de Santana Motor, aunque sin reconocer la antigüedad. Acusó al presidente de Santana, Salvador Durbán, de "volver a intoxicar y a mentir cuando dice que cinco de las seis empresas que anunció respetarán el salario, pues es justamente al revés".

Añadió que, según se ha informado desde el IFA, los empleados deben ir un mes al paro y luego pasar a la empresa privada, de modo que un trabajador recibiría al salir de Santana un pago de 20 días por año con un máximo de 12 mensualidades "y sin ninguna garantía posterior de estabilidad".

Los trabajadores y la empresa volverán a reunirse hoy para analizar el traspaso de 401 trabajadores, de los 1.032 que tiene Santana actualmente, a las nuevas sociedades privadas. Salazar subrayó que el pase a las empresas es voluntario y que "si nadie quiere pasar nos quedaríamos los 1.032 en Santana aguantando", lo que la Junta considera inviable.

Salvador Durbán fue tajante al asegurar el pasado lunes que los acuerdos que se han cerrado ya con las empresas no estarán sujetos a una nueva negociación entre estas compañías y los trabajadores. "O los aceptan o los rechazan", sentenció.