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LEALTAD,1

<i>Los gestores fijan nuevas bandas</i>

Consideran algunos agitadores que el varapalo que soportan los mercados del mundo en los últimos días está fuera de lugar. Hay quien va más lejos y muestra su incredulidad, se frota los ojos y arenga a la parroquia para que tome posiciones. Pero el dinero no llega.

Las Bolsas del mundo, añaden los analistas más fríos, viven un momento histórico caracterizado por la tendencia a confundir bajo con barato, que nada tiene que ver un término con otro. Los precios, en efecto, puede resultar bajos a ojos de una amplia mayoría, pero, también, arrojar valoraciones muy caras.

Desde octubre de 2000, el PER es el concepto de moda entre los grandes gestores. A esta situación, como dato curioso, se llegó después de haber sido despreciado un año antes. La metodología más utilizada en 1999 fue la de aplaudir las pérdidas de los valores tecnológicos.

Los malos resultados de las empresas cotizadas y las expectativas de que seguirán así durante una larga temporada resaltan el mal de altura de muchos títulos por cuanto el PER actual es excesivamente alto y sin que las perspectivas tiendan a mejorarlo.

Cuentan los operadores más avezados que los mercados desoyen con frecuencia estas peroratas, generalmente cuando abunda la liquidez en el sistema y el dinero sólo piensa en invertir en acciones. No es ésta, precisamente, la coyuntura actual. Es más, la ausencia de dinero en las Bolsas contribuye a resaltar los puntos débiles de las mismas y ahondar más en la sima bajista.

En las últimas horas, los grandes gestores se han puesto a trabajar en el cálculo de nuevas valoraciones y, claro está, a fijar otras bandas de fluctuación posibles del Ibex. El nivel de los 8.000 puntos, como dato singular, se convierte ahora en una resistencia al alza importante después de haber sido un gran soporte.

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