La Junta adjudica seis de las nueve líneas a privatizar en Santana Motor
La Junta de Andalucía ya ha cerrado acuerdos de venta con seis de las nueve empresas que van a participar en la privatización del 60% de Santana Motor. Destacan la multinacional Exel, que se queda con la logística de Santana, y la española SLI, que se hace con el almacén de recambios. Trabajadores y dirección volvieron a reclamar ayer la ayuda del Gobierno central, advirtiendo que está en juego la viabilidad de la nueva Santana.
La dirección de Santana Motor, en manos de la Junta de Andalucía, avanzó ayer al comité de empresa el nombre y los principales compromisos de seis de las nueve empresas que van a entrar en otras tantas líneas de negocio de Santana. Otros tres grandes acuerdos, que afectan a 289 de los 364 trabajadores de Santana que deben pasar a las empresas privadas, se cerrarán en los próximos días, ya que las negociaciones están muy avanzadas, según explicó el presidente de Santana.
Según Salvador Durbán, la multinacional Exel, que factura 1,2 billones de pesetas (más de 7.200 millones de euros) y emplea a 51.000 trabajadores, se hará cargo de la logística de Santana y de 36 de sus actuales 44 trabajadores. Otras dos multinacionales han comprometido ya su entrada: Trater, que se queda con la línea de tratamientos térmicos, y la española SLI, que se hará cargo del almacén de recambios.
El resto de acuerdos afectan a empresas más pequeñas: Mecacontrol operará en fundición de aluminio, Fasur lo hará en mecanizados y Cataforesis Andalucía se encargará del desembalaje de las piezas que vienen de Suzuki.
Entre los acuerdos pendientes destaca la línea de negocio de presas, soldaduras y utillajes, que emplea a 164 empleados de Santana. La Junta ya se había decidido por una empresa nacional para privatizar esta parcela, pero han surgido dos nuevas empresas interesadas y la adjudicación se ha pospuesto.
La cuarta multinacional
Una cuarta multinacional, según detalló Durbán, será la elegida para ocuparse del mantenimiento, que emplea a 56 trabajadores de Santana. Están en liza dos compañías. También resta por adjudicar la línea de montaje de conjuntos mecánicos, que afecta a 69 empleados.
Los trabajadores, que aspiran a mantener las condiciones laborales de Santana y la antigüedad de sus contratos, deben ratificar estos acuerdos y acogerse voluntariamente a estos empleos ofrecidos por las futuras auxiliares de Santana. La dirección espera que la negociación esté culminada el 20 de septiembre.
El grueso de estas empresas (todas menos una) ofrecen el mismo nivel de sueldo que Santana, pero para el resto de condiciones laborales se remiten al convenio provincial del metal y no mantienen la antigüedad de los contratos. Para la plantilla, esto último sería un acuerdo de mínimos, según explicó el presidente del comité, Juan Salazar.
Salvador Durbán, que confía en lograr el beneplácito de la plantilla, espera que el parque de proveedores de Santana Motor en el que se integrarán estas empresas (la piedra angular del plan de acción firmado en febrero para salvar la empresa) empiece a funcionar en octubre. El presidente de Santana aseguró no tener dudas sobre la viabilidad de este parque por la solvencia de las empresas que van a instalarse en él. No se mostró tan optimista sobre el futuro de la nueva Santana y reclamó, para apuntalarlo, la ayuda del Gobierno central. También los trabajadores exigieron este apoyo y lo vincularon al éxito de la nueva Santana.
La nueva Santana, que sólo se quedará con los negocios de montaje y venta de vehículos, necesita 631 trabajadores. Descontadas las bajas que ya se han producido, el excedente laboral se fija en 401 empleados. La industria auxiliar puede llegar a recolocar, cuando se firmen todo los acuerdos, hasta 420 trabajadores.