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INTERNACIONAL

La UE replanteará las relaciones con China ante su ingreso en la OMC

La Unión Europea y China celebran mañana en Bruselas su cumbre anual, un encuentro al más alto nivel que desde hace cuatro años persigue afianzar la relación entre ambos socios comerciales. En esta ocasión, Bruselas buscará cauces para reducir el gigantesco déficit comercial que la UE padece con el país asiático y, aprovechando el inminente ingreso de China en la OMC, potenciar la presencia empresarial europea en aquel mercado.

Los 40.000 millones de euros de déficit en la balanza comercial pueden agriar cualquier relación bilateral. Si el descalabro crece, como el año pasado, a un ritmo del 40% anual y el agresivo rival goza del potencial exportador que exhibe China, resulta comprensible que la UE quiera dedicar su encuentro de mañana con las autoridades chinas a allanar el camino, si no hacia el equilibrio de la balanza, sí al menos hacia un resultado menos desfavorable para las cuentas europeas.

Bruselas explora cómo intensificar las relaciones comerciales, equiparando la presencia de las empresas europeas en el mercado chino a la que disfrutan desde hace años las grandes multinacionales estadounidenses.

La agenda del encuentro se completará con un impulso al diálogo político entre ambas partes -donde se incluye el espinoso tema del respeto de Pekín a los derechos humanos- y una profundización en la cooperación para combatir la inmigración ilegal procedente de China.

Los 135 miembros de la delegación china, que encabeza el primer ministro Zhu Rongji, llegan a esta cumbre anual con el visado de entrada en la Organización Mundial del Comercio (OMC) prácticamente garantizado. La Unión Europea espera precisamente que el próximo encuentro de la OMC en Doha en el mes de noviembre sirva ya de bienvenida oficial al nuevo miembro de la organización.

"En este momento del proceso de adhesión, lo más indicado es que la UE y China se planteen ya cómo cooperarán en el seno de la OMC", afirma un miembro de la delegación europea. El primer ministro belga, Guy Ver-hof-stadt, presidente de turno este semestre del Consejo de Ministros de la UE, buscará el apoyo de Pekín a una nueva ronda de negociaciones de la OMC, cuyo lanzamiento se prevé, en principio, tras el encuentro de Doha.

Pero serán otros miembros de la delegación europea, en concreto el comisario de Comercio, Pascal Lamy, quienes desciendan al terreno más pragmático de las relaciones bilaterales entre la UE y China. La balanza comercial con China arroja "el mayor déficit de la UE", detallan en la Comisión Europea. "El acceso de China a la OMC debe permitirnos expandir nuestro comercio".

Productos de la UE

"Compren productos de la UE", resume un funcionario comunitario, medio en broma, medio en serio, el mensaje que se quiere hacer llegar a China. El trabajo político y técnico de mañana se centrará en abrir los caminos para que esos productos lleguen a los consumidores chinos.

La Comisión Europea estima que los avances, desde el último encuentro en octubre del año pasado, permiten ser optimistas. La reunión de mañana puede rematar, por ejemplo, la concienzuda labor de la comisaria europea de Transportes. Loyola de Palacio preparó el terreno antes del verano con su homólogo chino, el ministro Huang Zhendong, para un acuerdo bilateral sobre transporte marítimo.

Importante, según Bruselas, "dada la explosión de crecimiento en el comercio bilateral de los últimos años". La UE espera mejorar las condiciones de las empresas europeas en el tráfico marítimo con China y con terceros países de la zona.

La cooperación entre las autoridades aduaneras también ha avanzado, según Bruselas, y se espera que las negociaciones para un acuerdo formal comiencen a finales de este año.

La inmigración ilegal procedente de China también inquieta a la delegación europea. Desde la tragedia de junio del año pasado, cuando murieron asfixiados 58 inmigrantes chinos en el camión que les transportaba ilegalmente a Reino Unido, este problema humanitario y social ha presidido los encuentros de Zhu Rongji con el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi.

"La inmigración ilegal procedente de China aumentará en los próximos años", predice la Comisión. "Mañana debemos dar también un impulso a la cooperación en esta área".

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