Textil Pirenaica se declara en quiebra y deja a 42 trabajadores en la calle
La empresa catalana Textil Pirenaica, con sede en Guixers (Lleida), ha presentado expediente de quiebra. La compañía textil, orientada a la producción de tejido para sábanas y ropa de trabajo, ha cerrado sus puertas después de 60 años de historia. Textil Pirenaica ha dejado en la calle a los 42 trabajadores de la firma catalana.
La empresa, de carácter familiar, está dirigida por los hermanos Chaure. Uno de los propietarios de la compañía y alcalde de Guixers, Marià Chaure, asegura que la empresa dejó de producir debido a la falta de clientes. Durante la última época, la compañía textil contaba con un único cliente en cartera. Marià Chaure asegura que las empresas a las que vendían "lo compran todo ahora a países del Tercer Mundo".
La compañía catalana presentó suspensión de pagos durante el pasado mes de julio. La deuda de la empresa ascendía a 40 millones de pesetas (240.000 euros). Chaure explicó que la empresa no tenía futuro y que era mejor cesar la actividad antes de tener nada embargado. Los propietarios de la compañía aseguran que los trabajadores cobrarán los atrasos, que ascienden a 125.000 pesetas (751,27 euros) por empleado. Los sindicatos, sin embargo, reclaman 300.000 pesetas (1.803,04 euros) por trabajador.
Los trabajadores de Textil Pirenaica aseguran que a la familia propietaria de la empresa le sale más a cuenta "vender a Fecsa la energía de las turbinas hidráulicas que generaban electricidad para la fábrica". Los propietarios de la fábrica se han mostrado dispuestos a llegar a algún tipo de acuerdo con los trabajadores para que se hagan cargo ellos de sacar adelante la empresa.
Los propietarios de la compañía están abiertos a que los trabajadores se hagan cargo de la sociedad para gestionarla (como han hecho antes otras empresas del sector) o para vender los activos.
La familia Chaure quiere mantener el negocio de generación de energía mediante turbinas hidráulicas, que suministraba corriente a la fábrica.