El Gobierno de Japón da más plazo a la banca para que se sanee
El saneamiento de la banca japonesa, lastrada por los numerosos créditos impagados, se prorrogará hasta siete años, frente al plazo de dos o tres años inicialmente previsto, según anunció el titular de la Agencia de Servicios Financieros, Hakuo Yanagisawa. La Bolsa reaccionó negativamente y cayó por debajo de los 11.000 puntos, un nivel no traspasado en 17 años.
El deterioro de la economía y la debilidad del mercado inmobiliario (cuyos bienes se usan habitualmente como garantía de los préstamos bancarios) fueron aducidos ayer por la agencia como causas que dificultan el saneamiento de las entidades financieras japonesas y que han llevado al Gobierno a proponer a los 15 bancos más grandes del país que eliminen sus créditos de difícil cobro antes de marzo de 2008, alargando hasta seis años el plazo previsto inicialmente. La propuesta, que debe ser discutida con las entidades financieras, prevé la eliminación de entre siete y 10 billones de yenes (de 10,5 a 15 billones de pesetas).
La noticia fue ayer mal recibida por los analistas que temen que el alargamiento de ese plazo frene la recuperación de la economía. "Como Koizumi había insistido en que solucionaría los créditos impagados en dos o tres años, esta perspectiva ha decepcionado fuertemente al mercado", señaló a France Presse Ayako Mitsui, economista de UBS Warburg. La Bolsa reflejó el pesimismo extendido entre los analistas y el índice Nikkei perdió un 1,87%, hasta traspasar el nivel de los 11.000 puntos. Con este nuevo descenso, la Bolsa acentuó su caída y marcó un mínimo en 17 años.
Las pérdidas fueron especialmente severas en los títulos de los grandes bancos japoneses. Mizuho Holdings, el primer banco del mundo en activos, cayó un 6,9%. Las acciones de UFJ se contrajeron un 5,1% y las de Sumitomo Mitsui, un 3,5%.
La acumulación durante más de una década de créditos dudosos ha provocado el estancamiento del sistema bancario y es, según la mayoría de los economistas, una de las principales causas que han llevado al país a situarse al borde de la recesión. Según datos gubernamentales, los créditos de difícil cobro que acumula la banca japonesa suman 34 billones de yenes (51 billones de pesetas), pero numerosas fuentes multiplican esa cifra. Según Goldman Sachs, dicha cantidad alcanza los 170 billones de yenes (255 billones de pesetas).
Presión del BOJ
Esta situación ha vuelto reticentes a los bancos a la hora de conceder préstamos, lo que se refleja negativamente en el consumo. Ayer, el gobernador del Banco de Japón (BOJ), Masaru Hayami, instó al Gobierno a que impulse la concesión de nuevos créditos por parte de los bancos. El Ejecutivo mantiene un rifirrafe con el banco emisor para decidir quién debe actuar para impulsar la economía. Mientras Koizumi presiona a Hayami para que se marque un objetivo de inflación (el país tiene deflación), éste pide al Gobierno la consecución de las reformas anunciadas.
La agencia reiteró a su vez la necesidad de crear un fondo de 10.000 millones de yenes para comprar las acciones en posesión de la banca y restar así vulnerabilidad al sector frente a los vaivenes de la Bolsa. Esta medida, numerosas veces anunciada, no afectó a los inversores por estar "ya digerida por el mercado", según apuntó Shunsuke Nishino, agente de Daiwa Securities.
Por su parte, el ministro de Finanzas, Masajuro Shiokawa, afirmó ayer que lo único que podía hacer frente al descenso de la Bolsa era "esperar que algo que baja con el tiempo vuelve a subir". Los analistas, sin embargo, carecen de ese optimismo.