Brasil reta de nuevo al sector farmacéutico para abaratar las medicinas contra el sida
La gran farmacéutica suiza Roche se encuentra en un callejón sin salida. El Gobierno brasileño ha calificado de "abusivo" el precio del medicamento contra el sida Viracept, que la multinacional comercializa en Brasil.
El ministro brasileño de Sanidad, José Serra, ha advertido a la empresa europea que tendrá que bajar el coste del fármaco en más de un 40%. De lo contrario, su ministerio se saltará la patente y autorizará a la compañía nacional Far-Manguinos a fabricar el producto. Roche se enfrenta ahora al dilema de perder un mercado con más de 200.000 afectados o aceptar una rebaja en el precio del producto, con la consiguiente presión en el resto del Tercer Mundo e, incluso, en Occidente para que abarate también allí el tratamiento.
La presión contra las grandes farmacéuticas del sida se va acrecentando en todo el mundo y amenaza a un negocio que genera unos 10.000 millones de dólares anuales (10.975 millones de euros, 1,8 billones de pesetas), informa Reuters. El precedente lo sentó Suráfrica en abril, cuando la presión internacional consiguió que 39 grandes firmas farmacéuticas retirasen su denuncia contra el Gobierno por importar genéricos indios, mucho más baratos, violando así las patentes de las multinacionales.
Países como Tailandia, Argentina o la República Dominicana presionan para recibir el mismo trato. "Es un movimiento inevitable", declaró a Reuters el portavoz de Oxfam Matthew Grainger. La Organización Mundial del Comercio ha reconocido que los países subdesarrollados tienen derecho a saltarse las patentes "en caso de emergencia nacional". æpermil;se es, precisamente, el argumento que está utilizando Brasil para retar a Roche. El Gobierno financia el tratamiento a los afectados, pero esto supone un 30% del presupuesto, un gasto difícilmente asumible.
La ONU cifra en 36,1 millones los casos de sida en el mundo, el 90% de ellos en los países en desarrollo y el 75% en el África subsahariana. Naciones Unidas estima en 380.000 millones de pesetas el coste mínimo anual de la lucha contra el sida.