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INTERNACIONAL

La caída mundial de las exportaciones golpea ahora a Malaisia

La perenne dependencia en el sureste asiático de las exportaciones de alta tecnología está sumergiendo a las economías de la zona en una peligrosa espiral de difícil solución. Una batería de datos ensombrecieron ayer el panorama en la región: Japón registró en julio un descenso del superávit comercial del 48%, el PIB malayo se contrajo un 2,4% en el segundo trimestre del año, la tasa de paro en Taiwan llegó en julio a la cifra desconocida del 4,7% y el Banco Central de Tailandia rebajó su previsión de crecimiento del 2%-2,5% al 1,8%.

La caída de la demanda de productos tecnológicos a nivel mundial está haciendo mella en las cuentas de las empresas orientales. La falta de pedidos de EE UU, Europa y el propio Japón hace que las compañías opten por recortar gastos reduciendo su producción y su plantilla.

El paro, un problema desconocido hasta hace poco en Japón, está minando la confianza del consumidor, que opta por el ahorro, con lo que el mercado doméstico es incapaz de alentar la demanda y ello repercute negativamente en el resto de la región.

Por otra parte, el gigante asiático, China, tampoco anima la situación. El bajo precio de sus productos hunde la competitividad de sus vecinos. Además, el menor coste de salarios y propiedad está animando a los empresarios en crisis a trasladar sus fábricas al país, en detrimento de los demás Estados. El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cayó ayer un 2,36%, hasta los 11.126,92 puntos, el nivel mínimo en 17 años. Todo un síntoma.

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