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Opel descarta cerrar una fábrica para reducir la producción

Opel ha desestimado uno de los escenarios que estudiaba para rebajar su producción un 15% tal y como anunció la semana pasada. La filial europea de General Motors (GM) no cerrará ninguna de sus fábricas para acomodar su producción a la demanda real. Es la conclusión a la que se llegó ayer tras la primera reunión de la empresa con los sindicatos para negociar el plan Olympia de saneamiento de la empresa.

Los sindicatos ya habían avanzado que no se sentarían a negociar con la dirección de la empresa presidida por Carl-Peter Forster un plan de saneamiento que pasara por el cierre de una gran fábrica. No ha sido necesaria demasiada presión. En la primera reunión con los representantes de los comités de empresa se ha zanjado esta hipótesis de trabajo que tantos rumores ha levantado sobre el futuro de plantas como las de Figueruelas en Zaragoza, Bochum en Alemania o Amberes en Bélgica.

El plan Olympia, que se aprobará a finales de septiembre después de haber negociado su contenido con los sindicatos, abre así la segunda vía para cumplir el objetivo de reducción de producción del 15% que la empresa considera necesaria para volver a la rentabilidad. No habrá reducción de capacidad pero si se disminuirá la producción de coches. Los planes de Forster, con los que los sindicatos están de acuerdo, pasan por producir entre 300.000 y 350.000 turismos menos anualmente y ahorrar 2.000 millones de euros (332.772 millones de pesetas). Como alternativa al cierre de la fábrica se había planteado la reducción de producción de cada una de ellas y eso será lo que de ahora en adelante se evalúe.

Sobre los "miles de empleos" que Forster dijo que se perderían cuando presentó la semana pasada los objetivos del plan Olympia, también hay matices. La empresa dice ahora que no habrá bajas traumáticas. Según un comunicado emitido ayer por la empresa, "donde fuera necesario, los ajustes de personal se realizarán de forma socialmente responsable, de acuerdo con la legislación nacional respectiva, a través de jubilaciones anticipadas, programas de bajas, traslados a otras unidades, etcétera".

Alternativas

De acuerdo con esta misma comunicación de Opel, tanto los trabajadores como la dirección de la empresa trabajará conjuntamente en la búsqueda de alternativas satisfactorias como empresas conjuntas o "consolidación de actividades de ingeniería y administración con el objetivo de mejorar la eficiencia". Opel seguirá adelante con la reducción del 20% de su red de concesionarios en Alemania.

Algunos analistas han recibido con sorpresa estas posiciones de la empresa. "Forster es un diplomático pero no puede complacer a todo el mundo. Es muy difícil recortar los costes de una empresa sin despedir a gente" aseguraba ayer Falk Frey de Julius Baer a Bloomberg.

Opel perdió el año pasado 835 millones de marcos (71.034 millones de pesetas, 427 millones de euros), lo que no hace más que complicar las cosas a su matriz, General Motors que tiene dificultades en su propio mercado local, EE UU, para tener beneficios.

El plan Olympia es el segundo intento de la empresa para afrontar su saneamiento. El antecesor de Forster al frente de Opel, Robert Hendry, ya dispuso el cierre de la fábrica de Luton, en el Reino Unido, y planificó una reducción de 5.000 empleos en Europa para reducir la producción de coches.

GM Europe emplea a 89.000 personas, 40.000 de ellos trabajadores de Opel.

 

Piëch pide sinergias entre las filiales de VW

El presidente de Volkswagen, Ferdinand Piëch, anunció ayer que su sucesor, cuyo nombre aún está por confirmar y que asumirá el cargo el próximo mes de abril, deberá darle a la firma una nueva "estructura de dirección". Esta reforma tendría como uno de sus principales ejes las sinergias entre las filiales del grupo.

"Tanto Volkswagen como Audi, Skoda y Seat deben ir por separado en el mercado", afirmó el directivo en declaraciones al diario Financial Times Deutschland, "pero deben ayudarse internamente tanto como sea posible". Piëch dará más detalles de estas reformas a finales de este año, cuando se sepa quién va a ser su sucesor. Uno de los más firmes candidatos al cargo parece ser el actual presidente de Seat, Bernd Pischetsrieder.

Además, Piëch afirmó que, si el dólar continúa depreciándose frente al euro, necesitarán construir una nueva fábrica en Norteamérica que abastezca a los países de la zona americana de libre comercio (EE UU, Canadá y México), región en la que vendió 328.000 coches en el primer semestre. VW posee una fábrica en la ciudad mexicana de Puebla, que ayer celebraba su segundo día de huelga.

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