Las "telecos" se concentran en el recorte de la deuda y olvidan las fusiones
Los grandes movimientos de fusión entre las operadoras de telecomunicaciones europeas tendrán que esperar. La prioridad de las telefónicas del Viejo Continente es enjugar la elevada deuda acumulada tras la carrera de adquisiciones tanto de empresas como de licencias UMTS de los últimos meses, consolidar los balances y mejorar la rentabilidad, según concluyen los analistas de Caja Madrid Bolsa en su último informe sobre el sector.
La situación que atraviesan las operadoras de telecomunicaciones europeas enfriará durante este año y 2002 los movimientos de concentración en el sector y los impedirá entre los grandes. Esta es la principal conclusión del último informe de Caja Madrid Bolsa, que considera que la prioridad en estos momentos se centra en un único objetivo: reducir deuda.
Tras un periodo marcado por una desenfrenada carrera de compras en busca de mayor tamaño y de fuertes desembolsos destinados a la adquisición de licencias de telefonía móvil de tercera generación, se ha impuesto la necesidad de sanear los balances y encontrar el equilibrio financiero.
El problema, para los analistas de telecomunicaciones de Caja Madrid Bolsa, es que todas las operadoras se han comprometido con ambiciosos objetivos de reducción de deuda para mantener las calificaciones de solvencia y que la mayoría de los métodos para hacerlo pasan por inundar de papel el mercado. Ambas coincidencias tendrá un mismo resultado, retrasar la curación de sector.
El ex monopolio europeo con mayor nivel de endeudamiento es France Télécom, con más de 10 billones de pesetas de deuda a cierre de 2000. En el lado contrario se sitúa Telecom Italia, aunque sus 3,16 billones de pesetas de deuda no indican tanto salud financiera como capacidad de trasladar la deuda a otras compañías de grupo, debido al entramado empresarial diseñado en el conglomerado italiano.
Telefónica se situaría en la parte media-baja de la clasificación de deuda. Esta posición mejora si se compara el endeudamiento con el tamaño de las empresas. La deuda neta prevista para 2001 del ex monopolio español representa 1,9 veces la previsión de flujo de caja operativo (Ebitda) para este año, lo que sitúa a Telefónica como la segunda operadora europea más saneada, sólo por detrás de Telecom Italia. La peor parada es la holandesa KPN, cuyo endeudamiento es 6,3 veces el Ebitda, lo que implica serios problemas financieros.
Con este escenario, la reducción de deuda está a la orden del día y con ambiciosos objetivos de recorte. Deutsche Telekom ha prometido enjugar cinco billones de pesetas de endeudamiento para 2002; France Télécom quiere eliminar 4,16 billones de su balance para 2004 y KPN busca recuperar la confianza del mercado recortando 1,3 billones este año.
Los programas de reducción de deuda se concretan en cuatro medidas: recortar las inversiones y utilizar la generación de caja de la telefonía fija, vender activos no estratégicos, colocar filiales en Bolsa y, en el peor de los casos, ampliar capital.
Las grandes operadoras han puesto el cartel de se vende a los inmuebles que tiene en propiedad, a las participaciones minoritarias que ostentan en otras telefónicas y a todas las actividades que no sean estratégicas. Los negocios de móviles, Internet, informática, páginas amarillas... están siendo segregados con vistas a su colocación en Bolsa.
Pero la necesidad de vender está afectando directamente a los precios. El mejor ejemplo de ello fue la salida de BT de Airtel. El comprador, Vodafone, tasó el 100% de la operadora española en 1,65 billones (menos de la mitad que sólo unos meses antes) y el vendedor no tuvo más remedio que aceptar. También se están encontrando con problemas las numerosas colocaciones de filiales que están en la la rampa de salida, lo que ha obligado a BT y a KPN a posponer indefinidamente la venta en el mercado de sus filiales de móviles. Deutsche Telekom, mientras tanto, ha retrasado la de T-Mobile hasta el próximo año.
Así, el mayor enemigo para las operadoras de telecomunicaciones son ellas mismas, en un círculo vicioso que sólo tiene un resultado, el exceso de papel en el mercado. La razón está en que no son sólo ellas las que quieren vender, sino que también tienen necesidad de liquidez las empresas que, por una causa u otra, participan en su accionariado.
Por ejemplo, Motorola e Iberdrola pondrán a la venta 139,1 millones de acciones de Telefónica este año, que son el pago por la compra de activos en México y Brasil, respectivamente. En total, entre este año y el que viene saldrán al mercado acciones de las ocho principales operadoras europeas por valor de 7,2 billones de pesetas, según las estimaciones de Caja Madrid Bolsa. Y esta cifra tiene en cuenta sólo las operaciones ya comprometidas y las más urgentes.