El UMTS les cuesta en Bolsa a las 'telecos' 169 billones en año y medio
El sector europeo de telecomunicaciones está de cumpleaños. Mañana hará un año de la subasta del nuevo móvil alemán, un acontecimiento que dio el golpe de gracia a una crisis global de confianza, financiera y tecnológica. Las grandes operadoras europeas han desembolsado casi 20 billones de pesetas por concesiones de UMTS y la Bolsa ha amplificado el castigo. Los ocho mayores representantes del sector han perdido 169 billones de capitalización desde máximos.
La subasta alemana de seis licencias de telefonía móvil de tercera generación confirmó lo que hasta entonces era sólo una sospecha, las operadoras estaban pagando cifras desorbitadas por concesiones de un nuevo tipo de telefonía móvil que aún hoy es un espejismo: el UMTS. Mañana hará un año que media docena de las principales telefónicas del Viejo Continente se comprometió a desembolsar 8,4 billones de pesetas (50.485 millones de euros) por poner un pie en el móvil multimedia. La licencia más asequible costaba 1,39 billones.
La subasta alemana superó cifras que ya se consideraban desorbitadas, como los 6,2 billones de pesetas pagados por cinco compañías sólo cuatro meses antes en el Reino Unido. Y el problema es que llovía sobre mojado.
Las telecos europeas hicieron frente a estos desembolsos con balances ya comprometidos por la carrera de adquisiciones que llevaba dos años en marcha y en la que alguna compañía había llegado a pagar cinco millones por cada usuario de móvil.
Difícil de rentabilizar
Analistas e inversores echaron cuentas y no salían. Difícil es rentabilizar una concesión sin usuarios que había costado más de 1,3 billones, pero más lo es hacerlo con una tecnología que no sólo no existía entonces, sino que ahora, un año después, todavía sigue siendo una quimera.
El castigo de la Bolsa no se hizo esperar. La "sana corrección", según los analistas, que ya estaban protagonizando las operadoras desde sus máximos de marzo de 2000 se convirtió en caída libre, una crisis en toda regla.
En marzo, las ocho principales compañías del sector en Europa valían en Bolsa 248,7 billones. Ahora están en 79,68 billones. Por el camino se han evaporado 169 billones de pesetas. Vodafone vale ahora 41 billones de pesetas menos que hace 17 meses. Más sangrante es el caso de KPN o de Sonera, que han cedido más del 90% de su valor bursátil.
La telefónicas han intentado mitigar la sangría y mejorar sus cuentas con emisiones de acciones. Sin los nuevos títulos en circulación, la pérdida de valor bursátil llegaría a 181 billones.
La caída de capitalización bursátil supera con creces lo pagado por las licencias UMTS, ya que el desembolso total en ocho grandes países europeos no llega a 20 billones. A esta cifra, sin embargo, hay que añadir el coste del despliegue de red, que se calcula en cerca del billón para Alemania, Reino Unido o España, si bien los problemas financieros han obligado a las compañías a buscar fórmulas que minimicen los desembolsos, como es la compartición de infraestructuras.
Vuelta al pasado
El primer objetivo de este nuevo escenario es la reducción de deuda, que supera los 40 billones entre las ocho mayores telecos europeas. Y las ideas coinciden: venta de activos no estratégicos, ampliaciones de capital y segregación de filiales. No hay más respuestas y todas pasan por apelar a un mercado que no confía en ellas.
En el último año el sector de telecomunicaciones está desandando el camino que elaboraron en las últimas décadas del siglo XX. Comenzaron siendo sólo operadoras de telefonía fija y crecieron con el móvil, Internet, los datos, la edición de guías y la diversificación de negocios. Ahora, todo lo que no es la denominada actividad estratégica de cada grupo está en venta, hasta el punto de que BT está considerando una oferta para ceder su red de telefonía fija en el Reino Unido.
Los analistas consultados coinciden en que el castigo está siendo excesivo, aunque tampoco se atreven a asegurar que la caída ha tocado fondo.