<I>Movimientos caprichosos sin dinero </I>
El viernes, tercero del mes, se produce el vencimiento del futuro de agosto. Será una de las sesiones más importantes de los últimos días desde un punto de vista puramente técnico, a decir de los expertos.
Desde mediados de la semana pasada se ha observado un movimiento corrector de posiciones especulativas que ha alcanzado mayor dimensión en los primeros compases de la actual. Se trata del trasvase de apuestas desde un vencimiento a otro. También de la cancelación de otras adquiridas con anterioridad.
Este fenómeno coincide en el tiempo con un deterioro progresivo de los volúmenes de negocio, hasta conformar una de las cifras más bajas de los últimos agostos. La inhibición de compradores y vendedoras provoca, así, efectos caprichosos en la tendencia de los principales índices. Desde el comienzo del verano han sido relativamente frecuentes saldos semanales con oscilaciones del 4% al alza o a la baja en el Ibex. O lo que es lo mismo, la falta de inversores finales, tanto institucionales como privados, ha dejado el mercado, una vez más, en manos de profesionales del corto plazo.
El debate, aquí y ahora, sigue centrado en la capacidad de reacción del mercado a los niveles actuales. En las tertulias, foros y mentideros habituales la cantinela es que el Ibex ha mostrado una gran capacidad para soportar aguas turbulentas, bajistas, en el nivel de los 8.200 puntos.
Del mismo modo, los 8.600 puntos se han convertido en una resistencia al alza difícil de franquear, porque falla el dinero.
Poco juego, por tanto, en un mercado que se deja llevar por la corriente del Nasdaq, pero sólo en el más rabioso corto plazo. Las operaciones no van más allá de las 24 horas y siempre en los valores más líquidos del mercado, es decir, no más de media docena. El grupo Telefónica es el favorito en este sentido.