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División en la CNMV por el desfalco en la agencia Gescartera

Mientras la CNMV desmentía ayer los rumores que apuntaban a un grave enfrentamiento en su seno y la posible dimisión de su presidenta, Pilar Valiente, en un informe remitido por este organismo al Ministerio de Economía se admite no haber podido atajar antes las irregularidades por haber resultado "engañada".

En ningún momento se ha planteado la posibilidad de una dimisión por parte de la presidenta de la CNMV". La cúpula del organismo regulador del mercado se reunió por dos veces durante el fin de semana para discutir el caso Gescartera. Según la Comisión, en dichas reuniones no hubo distensiones internas. Pilar Valiente, dice la CNMV, cuenta con todo el apoyo del consejo.

Fuentes consultadas por este diario, no obstante, señalan que la CNMV vive una grave confrontación interna y que está en cuestión el papel jugado por el organismo. "Si la Comisión sabe dónde está el dinero, está ocultando información, y si no lo sabe, ha actuado negligentemente y debe actuar en consecuencia. En ambos casos, hay quien desde dentro pide responsabilidades".

Estas discrepancias internas fueron publicadas por el diario ABC en su edición de ayer. Y fue esta información la que la CNMV se encargó de desmentir.

La Comisión sí admitió la celebración de dos reuniones este fin de semana, en las que estuvieron la presidenta de la CNMV, Pilar Valiente; el vicepresidente, Juan José Roldán, los consejeros internos (faltaron Gloria Hernández, directora general del Tesoro, y Gonzalo Gil, subgobernador del Banco de España) y los directores de área.

Fruto de estas reuniones fue la remisión ayer al Ministerio de Economía de un amplio informe con la descripción detallada de todas sus actuaciones en el caso Gescartera, en el que admite no haber podido atajar antes las irregularidades por haber resultado "engañada".

Este informe recoge de forma minuciosa y cronológica las actuaciones que se han llevado a cabo desde la sanción impuesta en 1993 a Bolsa Consulting, la sociedad propiedad de Antonio Camacho que se transformó en Gescartera, hasta la actualidad.

En el documento se deja constancia de que el órgano supervisor podía haber sido más diligente en detectar la forma de actuar de los responsables de Gescartera, si bien apunta que la agencia de valores fue intervenida en cuanto se tuvo constancia de la existencia de las primeras irregularidades.

En cualquier caso, en la cúpula de la CNMV existe un cierto sentimiento de malestar por el hecho de haber sido "engañados" por los responsables de Gescartera, que pudieron sortear los requerimientos de la Administración sin ser descubiertos.

Así, en el informe se admite una autocrítica por no haber podido detectar los certificados falsos que presentaron los responsables de Gescartera en el año 1999 para justificar las inversiones de los clientes.

Investigación de Hacienda

Por otra parte, Cristóbal Montoro trató de quitar hierro al asunto Gescartera, al menos en lo que a su ministerio se refiere. Hacienda ha abierto una investigación sobre los clientes de la firma, además de las que ya atañen a la propia sociedad y a la depuración de responsabilidades dentro de la SEPI por las empresas del grupo público que han caído en el agujero.

El diario El País publicó en su edición de ayer que los clientes especiales de Gescartera ingresaban el dinero en la agencia de valores en maletas o en cheques.

Las aportaciones irregulares suponían alrededor del 30% del volumen de fondos intermediado por Gescartera, es decir, unos 6.000 millones de pesetas. Montoro apostilló que "el sistema financiero español es de los mejores del mundo, de mayor calidad y transparencia, es eficaz en general y está funcionando".

 

La agencia pasó cuatro inspecciones antes de la intervención

Antonio Camacho, máximo accionista de Gescartera, no era un desconocido para el servicio de inspección de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) cuando el regulador del mercado intervino la agencia en junio pasado. Y no sólo porque algunos de sus colaboradores hubiesen trabajado anteriormente para la CNMV. Gescartera y su sociedad hermana Bolsa Consulting habían sido investigadas hasta cuatro veces en siete años antes de que, a raíz de la quinta investigación, Antonio Camacho diese con sus huesos en la prisión de Soto del Real.

Según declaró el propio Antonio Camacho en la Audiencia Nacional, la CNMV investigó las actividades de Gescartera en los años 1994 y 1995. En ambas ocasiones, las pesquisas terminaron con sendas recomendaciones de la Comisión, que pidió a Gescartera que cambiase su modo de operar en los mercados. Pero la firma no atendió las recomendaciones de la máxima autoridad bursátil.

Tampoco era la primera vez. En 1993 la CNMV multó con 128 millones a Bolsa Consulting (la multa más alta) y la agencia no pagó. Posteriormente, en 1999, la firma volvió a ser investigada. Esta investigación se saldó con una multa (que sí se pagó, pero no se hizo pública) y, paradójicamente, con la conversión de Gescartera en agencia de valores. Un año después, la quinta investigación desveló en esta agencia un agujero de 18.000 millones.

La CNMV, que había informado de la primera investigación (la de Bolsa Consulting) y de las dos últimas, no quiso confirmar si, como declaró Camacho, hubo o no investigaciones a Gescartera durante los años 1994 y 1995.

Pero fuentes relacionadas con el caso Gescartera comentan que, dada la conexión permanente entre la Audiencia y la CNMV, es poco verosímil que Antonio Camacho mienta en un asunto de tan sencilla comprobación para la juez y para el fiscal como la existencia o no de expedientes en la Comisión.

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