Bayer duda del futuro de su área de farmacia tras retirar el Lipobay
En Bayer han empezado a sonar los teléfonos. Tras hacer pública la semana pasada la retirada de su fármaco contra el colesterol Lipobay, dos grandes farmacéuticas se han interesado por la alemana. En rueda de prensa, su consejero delegado, Manfred Schneider, evitó ayer concretar si ese interés implicaba una oferta de compra o de colaboración. Pese a los tanteos, Schneider sigue siendo partidario de mantener la actual diversificación del grupo, aunque planteará la revisión de su estrategia al consejo en unas semanas.
Schneider tampoco concretó qué empresas han mostrado interés por su división de farmacia. No obstante, el hecho de que haya habido un acercamiento y que el propio consejero delegado haya llegado a admitir públicamente que podría considerar la cuestión de vender, permitió ayer que la cotización de la empresa se tomase un respiro y rompiera levemente la tendencia de caída con una subida del 0,08%.
Bayer ha perdido cerca de un 20% en Bolsa en los últimos tres días tras el anuncio de la retirada del anticolesterol Lipobay (el tercer fármaco más importante para la casa y el de mayor crecimiento de ventas) y el de la rebaja en los beneficios por los costes asociados a esta decisión y la menor demanda de plásticos. Su capitalización bursátil actual está muy por debajo de la de compañías menores.
Los inversores y analistas sostienen la idea contraria a Schneider: Bayer debería vender algunas de sus divisiones, como han hecho casi todas las empresas del sector. Sólo la holandesa Akzo Nobel mantiene una estructura similar, mientras que Basf ya ha vendido su actividad farmacéutica y Aventis se deshará próximamente de su filial agroquímica.
La posibilidad de hacer concesiones y deshacer la estructura híbrida del grupo asentado sobre cuatro pilares - farmacia (o salud), química, agroquímica y polímeros- significa romper un tabú en la empresa. Según algunos especialistas, Bayer podría conseguir hasta 20.000 millones de euros (3,32 billones de pesetas) con la venta de la filial de farmacia. Roche, Glaxo, Novartis, Eli Lilly o Johnson & Johnson, entre otras, pueden tener interés en esta división que está a punto de lanzar un tratamiento contra la impotencia, competidor del Viagra, y tiene otros productos en análisis.
Schneider se ha comprometido a presentar ante el consejo de administración una revisión estratégica de su gestión tras la retirada del Lipobay. No será antes de un par de semanas y, pese a sus declaraciones de ayer, los analistas no creen que haya una oferta por Bayer antes de que expire su contrato en ocho meses. El consejero delegado dijo que la retirada del Lipobay no cuestiona la supervivencia de Bayer y que los cuatro pilares han mostrado su fortaleza, "aunque sólo dos filiales (agricultura y química) muestren una tendencia estable en sus resultados".
Las muertes por el anticolesterol se elevan a 52
El grupo químico farmacéutico Bayer ha elevado la cifra oficial de muertos tras la ingesta de cerivastatina, el principio activo del Lipobay, a 52. Según el responsable de la división de farmacia, David Ebsworth, estas cifras son todavía provisionales porque aún es pronto para probar con absoluta certeza que haya habido una conexión causa-efecto. En cualquier caso, este número es superior a los 31 casos registrados en EE UU, los tres que podrían haberse producido en España, seis más que se sumarían de Alemania y un caso más que se estudia en Francia.
Ebsworth agregó ayer que en la mayoría de los casos de fallecimiento los pacientes consumían la cerivastatina y gemfibrozilo, otro principio activo indicado para la misma patología que presentaba una absoluta contraindicación con el Lipobay.
Aunque desde Bayer se dijo que la retirada era temporal, Manfred Schneider, consejero delegado de la empresa, declaró que será difícil que este fármaco vuelva al mercado.
Pfizer, Merck y Bristol tienen fármacos alternativos
Las multinacionales Pfizer, Merck y Bristol Myers han desarrollado principios activos contra la concentración del colesterol que se pueden considerar como alternativas a la cerivastatina retirada del mercado. Los tres sustitutivos son también estatinas, un tipo de bases farmacéuticas que han tenido un rápido desarrollo en la década pasada. De esta forma, Pfizer ha desarrollado el Lipitor, Merck el Zocor y Bristol Myers Squibb comercializa el Pravacol. Además, la agencia norteamericana Food and Drug Administration (FDA) ha identificado otros dos sustitutivos: el Mevacor y el Lescol. Todos estos fármacos se venden en Estados Unidos y, según la FDA, pueden utilizarse como sustitutivos del Baycol, la cerivastatina que Bayer ha retirado del mercado, y que en España se comercializa como Lipobay.
Sin embargo, todas las fuentes consultadas insistieron en destacar que lo primero que tiene que hacer el paciente es visitar al médico de cabecera, porque todos estos fármacos son de prescripción y porque el sustitutivo de la cerivastatina puede variar en cada caso.
Un portavoz del Ministerio de Sanidad remarcó que "existen estatinas sustitutivas, aunque desde la Administración no se ha facilitado ninguna lista alternativa".
La Agencia Española del Medicamento retiró del mercado temporalmente la semana pasada el Lipobay de Bayer, y otros tres productos que utilizan el mismo principio activo: el Zenas Micro de Fournier; el Liposterol de Laboratorios Vita y el Vaslip de Ferrer Internacional. Por el momento, ninguna de estas compañías se ha pronunciado sobre las pérdidas que puede provocar esta situación.
El precedente del conflicto se inició hace un mes, cuando las diferentes agencias europeas del medicamento dictaminaron la modificación de los prospectos de los fármacos que contienen cerivastatina, con la obligación de expresar la contraindicación absoluta de combinarlos con otro principio activo: el gemfibrozilo (un medicamento para disminuir el nivel de triglicéridos).
Las tres personas que han muerto en España ingerían, según la información recabada, las dos sustancias. Las 31 defunciones vinculadas a esta mezcla en Estados Unidos parecen probar que la combinación de la cerivastatina y el gemfibrozilo provocan la rabdomiólisis (la progresiva degradación de las células musculares), con síntomas de fiebre, dolor muscular, debilidad y vómito. Estos síntomas son transitorios si se detiene el tratamiento. Sin embargo, el peligro crece con un aumento de las dosis de cerivastatina.
En este sentido, fuentes del sector señalaron que la presentación de este último fármaco en dosis pequeñas de entre 0,1 y 0,4 miligramos puede inducir a error en el paciente, puesto que otro tipo de estatinas se indican en ingestiones mayores, de entre 10 y 40 miligramos.