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Telefónica ingresa por ceder la red el doble de lo que facturan sus rivales

El negocio de la interconexión ha reportado a Telefónica de España 196.668 millones de pesetas de ingresos desde que comenzó la liberalización del sector en 1998 y su primera competidora, Retevisión, empezó a pagar cuotas por utilizar las redes del ex monopolio. Con todo, la interconexión está lejos de ser el principal negocio de Telefónica, a pesar de que la cifra de ingresos es casi el doble de lo que facturó todo el sector de telefonía fija en España el año pasado.

El peaje que pagan los nuevos operadores del mercado español de telefonía fija a Telefónica por utilizar sus redes ha supuesto unos ingresos de 196.668 millones de pesetas (1.182 millones de euros) para el ex monopolio desde 1998. Ese año marcó el inicio de la liberalización y desde entonces estos ingresos no han hecho más que aumentar.

En el primer trimestre de este ejercicio, las ventas por conexiones a la red ascendieron a 20.898 millones de pesetas, de forma que si mantuvieran constante el ritmo y con las tarifas previas a la rebaja de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), 2001 se cerraría superando los 80.000 millones de facturación por este concepto.

Estas cifras contrastan con la situación de los competidores de Telefónica, cuya facturación conjunta durante el año 2000, incluyendo a los operadores de cable, se situó en 114.616 millones de pesetas (688,86 millones de euros). Si se descuenta de la suma a los rivales más centrados en la provisión de acceso directo (los cableoperadores), los ingresos del sector se quedan en 102.115 millones de pesetas.

Telefónica, sin embargo, no considera que estas cifras muestren desproporción alguna, ni que la interconexión sea un negocio. En su defensa esgrime la recién elaborada contabilidad de costes, que demuestra, según asegura la compañía, que las nuevas operadoras están pagando por su red menos de lo que a ella le cuesta mantenerla, en una cifra que ha rehusado hacer pública.

Este argumento no ha encontrado reflejo en los organismos reguladores. Telefónica ya recurrió ante la Audiencia Nacional la primera oferta de interconexión de referencia (OIR) aprobada por la CMT en 1998. ¿La razón? Ya entonces los precios, según Telefónica, estaban por debajo de costes. Todo apunta a que este razonamiento centrará el recurso que está redactando la opera-dora para oponerse a la OIR 2001, aprobada el pasado jueves por la CMT y que establece rebajas medias de precios entre el 22% y el 30%.

Con todo, tampoco parece que la contabilidad de costes haya calado esta vez en el organismo regulador. El único voto particular que rompió el consenso en la decisión adoptada el jueves se centraba, precisamente, en que los nuevos precios de interconexión se han fijado sin tener en cuenta los datos proporcionados por Telefónica y que previamente habían sido aceptados por la CMT.

A pesar de la importancia del negocio de la interconexión y de la pelea jurídica que siempre desata, estos ingresos no son los más relevantes para Telefónica. En concreto, suponen sólo el 4,28% de los ingresos por consumo de la compañía en 2000, muy lejos del 32% que representa la cuota de abono o del 16,25% del fijo a móvil.

Pero si la interconexión no es el principal ingreso de Telefónica de España, sí representa el principal gasto para sus competidores. De los 21.499 millones de pesetas que facturó Jazztel el año pasado, cerca de 17.000 millones (la mayor parte de sus consumos de explotación) se destinaron a pagos por interconexión.

Con este esquema y según los cálculos realizados por la operadora fundada por Martín Varsavsky, la rebaja de precios de interconexión supondrá a Jazztel una mejora de 3.000 millones en el Ebitda (flujo de caja operativo).

Dada la cuantía del impacto de la rebaja, no es de extrañar el empeño que han puesto los competidores de Telefónica, liderados por Retevisión y Uni2, en presionar al regulador en busca de un recorte de los precios de interconexión. Pero incluso los propios beneficiados reconocen que la actuación de la CMT ha sido excesiva. Como explica una fuente de un nuevo operador: "No se puede intentar arreglar los desaguisados de todo un año de equivocada liberalización en un día y con una rebaja de tarifas del 30%".

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