El robo de obras a Koplowitz desconcierta a los expertos
Los cuadros robados el miércoles a la empresaria Esther Koplowitz tienen escasa salida en el mercado, según los expertos en arte, lo que avala las hipótesis de una petición de rescate y de un robo por encargo. Todas las pinturas son bienes de interés cultural y forman parte del Inventario del Patrimonio Histórico; algunas de ellas fueron ofrecidas al Museo del Prado, pero no se llegó a un acuerdo por el precio. Esther Koplowitz ha ofrecido recompensar a quien facilite información que ayude a localizar las obras de arte.
Las 14 pinturas que en la madrugada del miércoles robaron en el domicilio de la empresaria Esther Koplowitz no sólo son piezas de excepcional calidad, sino que cuentan con la denominación de bienes de interés cultural y forman parte del Inventario General de la Junta de Evaluación del Patrimonio Histórico. Esto, junto al gran conocimiento que existe de las obras, dificulta enormemente su colocación en el mercado, según han señalado varios expertos.
Entre las hipótesis que se han barajado figura la petición de un rescate por la devolución de las obras y la de un robo por encargo de un coleccionista. En todo caso, su salida al mercado no podrá producirse por ningún procedimiento legal, ya que al tener las citadas denominaciones son bienes inexportables y el Estado tiene sobre ellos los derechos de retracto y de comprador preferente. El propietario de obras con estas calificaciones está también obligado a prestarlo para determinadas exposiciones y goza de ventajas fiscales para su conservación.
Entre los cuadros sustraídos hay dos goyas -El columpio y La caída del burro-, un cuadro de Brueghel -Las tentaciones de San Antonio-, uno de Sorolla -Al baño, Valencia-, otro de Pisarro -Paisage à Eragny- y uno de Juan Gris -Guitarra sobre una silla-. También figuran obras de Anglada Camarasa, Gutiérrez Solana, Isidro Nonell y Francisco Pradilla, así como una colección de piezas chinas del XVIII y una estatuilla egipcia.
Según fuentes de la casa de subastas Christie's, es casi imposible que los cuadros robados salgan a la luz a través de una puja pública, ya que si en una de las firmas internacionales se detectara cualquier indicio, se avisaría a la policía.
Los expertos en arte estiman que sólo las dos obras de Goya podrían alcanzar en una subasta un precio que rondaría los 2.000 millones de pesetas (12 millones de euros). Estos dos cuadros fueron realizados por el artista aragonés para el duque de Osuna con destino a la finca El Capricho, en las inmediaciones de Madrid. Según fuentes del Museo del Prado, un cuadro de esta misma época y que también estuvo colgado en el palacete de El Capricho fue adquirido hace cinco años por el Estado por unos 400 millones de pesetas (2,40 millones de euros). Esta obra, Vuelo de brujos, tenía como destino El Prado.
Algunas de las obras sustraídas fueron ofrecidas hace algún tiempo a este museo, pero finalmente no se llegó a un acuerdo con la propietaria por motivos de precio, aseguran fuentes de la pinacoteca.
En todo caso, la mayoría de los expertos cree que alguna de las obras sustraídas podría aparecer, aunque no a corto plazo. La policía española y la Interpol disponen de fotografías y de toda la documentación relativa a estas piezas. La principal accionista de FCC ha ofrecido recompensar cualquier información que conduzca a la localización de las obras de arte robadas.