El Gobierno argentino busca fondos para apuntalar el sistema financiero
Pese a la insistencia del ministro de Economía, Domingo Cavallo, la llegada de nuevas ayudas a Argentina brilla por su ausencia. El Gobierno esperaba conseguir nuevos fondos para dar mayor seguridad al sistema financiero y, ante la ausencia de los mismos, los mercados volvieron a castigar a Argentina, que vive sumida en una oleada de huelgas y con el temor, no despejado, a una suspensión de pagos o la devaluación.
Cuando el anticipo de las ayudas del Fondo Monetario Internacional (FMI) por 1.368 millones de euros y el apoyo de diversos Gobiernos al plan de ajuste parecían la solución al "ataque especulativo" del mercado contra Argentina, Cavallo volvió a abrir ayer la caja de Pandora y sembró las dudas entre los inversores.
El ministro aseguraba ayer que Argentina recibirá fondos adicionales del FMI por importe de 6.840 millones de euros para respaldar las reservas monetarias y afianzar los depósitos bancarios. Pero en realidad no existe ninguna garantía de que el país reciba estas nuevas ayudas.
Desde el Gobierno se insistía en la solvencia y la fortaleza del sistema financiero argentino, pero lo cierto es que en julio hubo una fuga de depósitos del 8% y que los bancos sólo pueden seguir soportando el actual ritmo de retirada de depósitos (200 millones de pesos al día) hasta finales de septiembre. Asimismo, las reservas del banco central se redujeron en 470 millones sólo en un día, hasta los 21.344 millones del pasado 1 de agosto (últimos datos disponibles).
Con este panorama, el Gobierno que preside Fernando de la Rúa busca asegurarse del FMI un colchón financiero para usar sólo en caso de necesidad (línea de crédito contingente) con el fin de sostener el nivel de reservas y frenar la salida de depósitos. La ausencia de noticias al respecto desde Washington volvió a poner nerviosos a los mercados, provocando un aumento del riesgo-país (hasta los 1.613 puntos desde los 1.558 del viernes) y una caída del 3,49% en la Bolsa.
Junto a las dudas sobre el sistema financiero hay que unir la creciente tensión social, marcada por una oleada de huelgas convocadas desde diferentes sectores. Ayer fueron los maestros los que cesaron su actividad y para hoy y mañana están convocados nuevos cortes de carreteras por los piqueteros (desocupados) y paros de funcionarios en todo el país, en protesta por el pago de sus salarios con bonos del Tesoro.
Dada la falta de liquidez, el Gobierno ha solicitado a las empresas un anticipo de impuestos a cuenta por un total de 1.000 millones de dólares (1.140 millones de euros), en lo que se ha conocido como el "bono patriótico", por el que pagará a las empresas un interés del 7,5%, muy por debajo de la prima que le exige el mercado (17%).
Brasil, optimista ante el nuevo plan del FMI
Al contrario que sus vecinos, los mercados brasileños esperaban ayer con optimismo los detalles del nuevo plan de ayudas del FMI por importe de 17.100 millones de euros. El blindaje tiene carácter preventivo, en caso de que la crisis argentina agrave la maltrecha situación de la economía brasileña, y podrá ser utilizado a partir de septiembre.
Una de las principales causas del deterioro económico de Brasil en los últimos meses es la crisis energética que padece. Como consecuencia de los cortes de luz decretados por el Gobierno desde junio, la producción industrial cayó ese mes un 1,4% respecto al mismo mes de 2000. En el primer semestre del año, la producción creció un 4,9%, aunque los bienes de capital han crecido un 15,2% en el primer trimestre y un 19,1% en el segundo.
Pero la crisis energética no sólo ofrece malas noticias. Precisamente, las infraestructuras puestas en marcha para intentar subsanar la falta de suministro energético han promovido la creación de 375.000 nuevos empleos en el país, según datos de la Asociación Brasileña de Infraestructura e Industria de Base (Abdib). Pese a que los especialistas esperaban un aumento del desempleo en junio, la tasa de desocupación cayó desde el 6,9% de mayo al 6,4% en junio.