La tasa de paro de los Doce se mantuvo en el 8,3% en junio
El desempleo medio de la zona euro se mantuvo en junio en el 8,3% por tercer mes consecutivo, pero el incremento del paro en Francia y Alemania alerta de futuros riesgos. Los indicadores de producción industrial apuntan una contracción de la actividad, que va directa a la recesión. Los expertos recomiendan al Banco Central Europeo (BCE), que se reúne hoy, que baje los tipos de interés, pero la entidad insiste en que hay "margen de tiempo suficiente" para actuar.
España volvió a registrar en junio las peores notas de desempleo de los 12 países de la zona euro con un índice del 12,8%, según los datos publicados ayer por la oficina de estadística comunitaria, Eurostat. Pero las cifras más preocupantes son las de Alemania y Francia, donde el incremento del desempleo alerta de futuras tensiones para el crecimiento económico.
En Francia, el paro subió por segundo mes consecutivo, alcanzando en junio el 8,8%, tras tres años de caída. Mientras, Alemania registró el sexto mes consecutivo de alza del desempleo, que se situó en el 8,9%. La situación alemana preocupa especialmente y, de hecho, los empresarios reclaman al canciller, Gerhard Schröder, que acelere la reforma del mercado laboral. Pero el prestigioso instituto IFO, cuyo barómetro de confianza es visto como el principal indicador de la coyuntura alemana, le recomendó al canciller que abandonase su intención de reducir antes de otoño de 2002 el número de desempleados de 3,85 millones a 3,5. "No hay tiempo. Es necesario desarrollar políticas a más largo plazo".
Por otra parte, Reuters informó ayer de que su índice de gestores de compras (PMI, en sus siglas en inglés), un indicador de la actividad industrial, cayó en julio a 47,3 puntos, el peor nivel desde la crisis de los países emergentes en 1998. El PMI lleva cuatro meses por debajo de los 50 puntos, la línea que separa el crecimiento de la contracción, lo que indica que la actividad industrial va camino de la recesión, que alcanzará oficialmente si la producción continúa cayendo dos meses más.
El dato es especialmente sombrío para el crecimiento, ya que la producción de las fábricas supone un cuarto del PIB de los países que comparten la moneda única.
Así, el pesimismo de los empresarios les está llevando a recortar gastos por la vía más rápida: reduciendo la plantilla. Por ejemplo, la empresa francesa Alcatel se encuentra en pleno proceso para recortar más de 60.000 empleos. Otros indicadores tampoco ofrecen buenas noticias. Las ventas minoristas cayeron un 0,1% en mayo. El temor al paro y los altos precios -la inflación armonizada alcanzó ese mes la cifra récord del 3,4%- están haciendo a los consumidores más ahorradores. En estas circunstancias, el consumo difícilmente puede ser un factor que anime el crecimiento.
Resistencia del BCE
Ante esta coyuntura, los empresarios están redoblando su presión para que el BCE relaje su política monetaria y baje el precio del dinero. Sin embargo, pocos creen que el BCE apruebe hoy una reducción de los tipos de interés de referencia, que actualmente están en el 4,5%.
EL BCE argumenta que "hay margen de sobra" para actuar y que su mayor cometido es controlar los precios, no estimular el crecimiento. La inflación armonizada en junio fue del 3%, un punto más que el índice considerado idóneo por el BCE. Hay síntomas que pueden alentar una inminente reducción de tipos: la debilidad de la demanda mundial está rebajando fuertemente los precios de las materias primas, lo que, por otra parte, hunde el negocio de los exportadores europeos. La situación de la UE parece tan frágil que cualquier dato la perjudica.
La debilidad de EE UU anima al euro
Las expectativas negativas sobre el crecimiento de Estados Unidos animaron ayer la cotización del euro, cuyo cambio fijó el BCE en 0,8817 dólares, registrando así su valor más alto en dos meses y medio. No obstante, el euro se vendió en el mercado en torno a las 0,879 unidades por dólar.
El culpable de la depreciación del dólar fue el índice de actividad de la Asociación de Gestores de Compra (NAPM, en sus siglas en inglés), que cayó en junio a 43,6 puntos, frente a los 44,7 de mayo. El índice, peor de lo esperado, confirmó la recesión de la industria. El NAPM cumple ya un año por debajo de la línea de los 50 puntos.
Otro de los factores que está perjudicando a su cotización es el desempleo. Los analistas creen que el dato de julio (que se conocerá mañana) puede superar el 4,7%, frente al 4,5% de junio, confirmando así la persistente debilidad de EE UU. De hecho, la confianza de los consumidores cayó en julio dos puntos, tras seis meses de alza, aunque el consumo sigue subiendo más que los ingresos. Una situación peligrosa si la crisis agudiza su repercusión en el empleo.