Toledo asume el Gobierno de Perú en un clima de pobreza y recesión
Alejandro Toledo asume mañana la Presidencia de Perú, dando carpetazo a la década de dictadura y corrupción del ex presidente Alberto Fujimori. La herencia es una economía en recesión y 12,7 millones de pobres (la mitad de la población), que confían en que Toledo haga realidad un milagro económico.
La crisis económica y las sombras de corrupción son las dos grandes amenazas que Toledo deberá conjurar. El populismo que ha llevado al poder al economista indígena, ex ejecutivo del Banco Mundial, no le bastará para contentar a una población que se enfrenta a unas cifras poco alentadoras: contracción del PIB del 1,6% en los cinco primeros meses, pobreza del 48,4% de la población, subempleo del 49% de los trabajadores y deuda externa de 30.000 millones de dólares (34.200 millones de euros), el 56% del PIB.
Toledo ha prometido un ritmo mínimo de creación de 300.000 empleos anuales, mediante la promoción de sectores como la construcción, cuya debilidad actual es uno de los principales lastres para el crecimiento, pymes y agro industria.
Los analistas de Perú Posible, el partido de Toledo, estiman que el crecimiento medio puede ser del 6% a partir del año que viene. A falta de que se concreten los planes futuros, el nuevo Ejecutivo se encomienda al comercio: se espera que los ingresos de la exportación de oro, cobre y harina de pescado ayuden a recuperar la senda del crecimiento, para que el año concluya con una expansión del 1,5%, frente al 3,6% registrado en 2000.
Toledo reconoce que su Gobierno necesita un respiro en lo que se refiere a las obligaciones de la deuda (Perú afronta el pago de 2.000 millones de dólares el año que viene) y que será necesario acudir a los mercados en busca de financiación. En la visita que realizó a España a finales de junio, el político anunció que el Ejecutivo subastará bonos por un mínimo de 600 millones de dólares (114.000 millones de pesetas).
En un intento por enviar mensajes de confianza a los inversores internacionales, claves para la recuperación, Toledo ha adelantado las líneas maestras de su programa económico y varios nombres del próximo gabinete: los liberales Raúl Díez Canseco, Roberto Dañino y Pedro Pablo Kucinzsky serán, respectivamente, vicepresidente de la República, primer ministro y ministro de Economía. El titular de Justicia será Fernando Olivera, el diputado que provocó la caída de Fujimori con la difusión de un vídeo en el que el responsable de Inteligencia, Vladimiro Montesinos, aparecía sobornando a otro político.
En cuanto a su política económica, el nuevo presidente promete profundizar el proceso de privatizaciones y reducciones de tasas, que pasan por bajar del 18% al 17% al impuesto general de ventas y por eliminar progresivamente el impuesto especial extraordinario.
Pobreza y corrupción
La pobreza es el otro gran reto de Toledo. El último estudio del Instituto Nacional de Estadística revela que el número de pobres ha crecido un 20% (dos millones) en los últimos cuatro años, hasta situarse en el 48,4% de una población de 26 millones. La mayoría del crecimiento de pobres se ha dado en las ciudades. En la capital, Lima, el porcentaje de pobres es ya del 38,9% de los habitantes.
A esta miseria se une el rastro de corrupción dejado por Fujimori. Desde finales de 2000, los peruanos han sido testigos del destape de corrupción que ha afectado al Estado, al ejército y al poder judicial. El escándalo no ha concluido con la detención y encarcelamiento de Montesinos. El siniestro dirigente, acusado de torturas, contrabando de armas, blanqueo de dinero, soborno de diputados amenaza ahora con tirar de la manta.
Toledo inicia mañana un difícil mandato de cinco años en el que tendrá que ganarse la confianza de unos ciudadanos que están hartos de políticos corruptos.