Chupa Chups exige en los tribunales el 50% de la rusa Chok & Rolls
Las empresas catalanas Chupa Chups y Pastelería Ballabriga están protagonizando un enconado enfrentamiento por el control de la empresa rusa de pastelería industrial Chok & Rolls. Ambas firmas crearon esta compañía al 50% en enero de 1999 y decidieron invertir 600 millones de pesetas (3,61 millones de euros) en una fábrica de 3.000 metros cuadrados en San Petersburgo.
Chupa Chups quería aumentar la rentabilidad de su red de distribución de caramelos en Rusia y apostó por crear una filial de pastelería industrial que fabricase pequeños brazos de gitano individuales, un producto idóneo para su red. Para ello acudió a Ballabriga que disponía de la tecnología. El negocio parecía tan claro que incluso atrajo al empresario Pere Sans (quien años antes vendió a Sara Lee su negocio de ropa interior Princesa y Abanderado). En enero de 1999, Sans tomó el 25% de Ballabriga a través de Unión Interiores.
Sin embargo, Chok & Rolls tuvo retrasos en su arranque y llevó a Ballabriga a la suspensión de pagos en agosto de 1999. Pese a ello, la filial rusa arrancó en diciembre y el negocio se ha consolidado durante 2000 y 2001, cuando Chok & Rolls prevé alcanzar unas ventas de 2.100 millones de pesetas (12,62 millones de euros) y un beneficio neto de 150 millones de pesetas (0,90 millones de euros).
En contra de lo que podía parecer, la buena marcha del negocio y su alta rentabilidad ha roto las buenas relaciones entre los socios. Chupa Chups quiere hacerse con el 100% del capital de Chok & Rolls y Ballabriga no quiere vender.
La chispa del conflicto han sido las nuevas inversiones para ampliar la fábrica. Ballabriga, empresa familiar que factura unos 800 millones de pesetas (4,81 millones de euros), apuesta por una inversión de 58 millones de pesetas (0,35 millones de euros) para ampliar a corto plazo la capacidad de la planta en un 40%. Por su parte, Chupa Chups, que vende unos 75.000 millones al año (450,76 millones de euros), quiere realizar una inversión de 390 millones de pesetas (2,34 millones de euros) para ampliar la capacidad en un 80% en el plazo de un año.
A modo de presión, Chupa Chups ha enviado un escrito al juez que tramita la suspensión de pagos de Ballabriga advirtiendo que esta firma bloquea el desarrollo de Chok & Rolls, lo que hace peligrar el principal activo de la empresa.