El FMI pide a Rusia más reformas antes de facilitar nuevos créditos
El Fondo Monetario Internacional se mostró ayer satisfecho con la evolución de la economía rusa, aunque instó al Gobierno de Vladimir Putin a continuar y acelerar las reformas emprendidas para impulsar el crecimiento y para facilitar la aprobación de un nuevo préstamo en caso de que fuera necesario.
"Teniendo en cuenta que Rusia se enfrentará a grandes pagos de la deuda externa en 2003, los directores [del FMI] instan a las autoridades a ejecutar su programa para asegurar una continuación de la saludable evolución macroeconómica, para minimizar los riesgos asociados con la volatilidad de los precios energéticos", recoge el informe publicado ayer por el Fondo, donde se asegura que las reformas "serán particularmente útiles en el caso de una futura necesidad de ayuda financiera del Fondo".
Las ayudas del FMI a Rusia finalizaron el año pasado y, aunque en un principio el Gobierno pensó en pedir la prórroga de los préstamos, finalmente los elevados ingresos por las ventas de petróleo, debidos al alto precio del crudo, sanearon las cuentas del Estado y el Gobierno desistió de solicitar más ayuda. En 2003, sin embargo, Rusia debe hacer frente a elevados pagos de la deuda contraída con el Club de París y existe el temor a que no pueda hacerle frente sin ayuda. El Fondo reconoce, no obstante, la excelente marcha de la economía durante el año pasado. En 2000 Rusia creció un 7,7%, la inflación cayó hasta el 20% y los elevados precios del petróleo supusieron que el superávit por cuenta corriente superara el 18% del PIB. Para este año el Fondo estima un crecimiento del 4% y un descenso de la inflación hasta quedarse en el 17,6%.
A pesar de la satisfacción con que el FMI ha acogido la política económica del Gobierno, alerta sobre la posibilidad de que las condiciones cambien y critica que las autoridades no hayan "aprovechado suficientemente las condiciones positivas para avanzar en la agenda de las reformas estructurales".
Repunte de la inflación
El Fondo advierte del peligro de un reciente repunte de la inflación, por lo que recomienda que el mayor reto a corto plazo en política económica sea "manejar la fortaleza de la balanza de pagos de forma que no debilite el crecimiento o encienda presiones inflacionistas".
Además, el FMI advierte del fuerte descenso de los ingresos que van a suponer las reformas impositivas y recomienda una amplia coordinación entre el Banco Central y el Ministerio de Finanzas para hacer frente a la deuda.