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INTERNACIONAL

El banco central de Brasil intentará atajar la crisis subiendo los tipos

Brasil lucha para evitar la crisis. El mercado y el real brasileños cotizaron ayer a la baja expectantes a la decisión del Banco Central, que se espera que endurezca su política monetaria y suba los tipos de interés. Mientras, el presidente del Gobierno, Henrique Cardoso, reconocía la posibilidad de renovar el acuerdo con el FMI y obtener nuevos créditos.

El mercado operó toda la jornada a la expectativa. El real comenzó la jornada depreciándose de nuevo y el dólar superó las 2,53 unidades. El banco central decidió entonces intervenir como lleva haciéndolo todo el mes y la venta de dólares consiguió rebajar la cotización de dólar a 2,492. En la Bolsa cundió la desconfianza y cayó un 2,67%.

Los analistas esperaban que el Banco Central de Brasil decidiese ayer una subida de la tasa básica de intereses (Selic) a corto, que actualmente están en el 18,25%. El dato aún no había sido anunciado al cierre de esta edición, pero las apuestas se centraban en cuánto subiría la tasa, que está a los niveles más altos de los últimos 15 meses. La autoridad monetaria ha incrementado la tasa cinco veces en lo que va de año. Su celo por atajar la depreciación del real y las presiones inflacionistas le ha llevado a intervenir frecuentemente en el mercado, vendiendo dólares. De hecho, se ha provisto de un fondo de 6.000 millones de dólares (1,2 billones de pesetas) para actuar y frenar la caída del real.

Los intentos han sido infructuosos hasta ahora. La moneda acumula este año una caída de la cotización de más del 22%. La crisis energética, que ha obligado a aprobar un racionamiento del suministro, vigente desde el 1 de junio y cuyo final se desconoce, y el riesgo de contagio de inestabilidad económica y política de Argentina minan la confianza de los inversores en las capacidades del país.

Los datos llevaron ayer a Cardoso a admitir que estudia la posibilidad de renovar el acuerdo con el FMI, que expira en diciembre, y obtener nuevos créditos para enfrentarse a una eventual crisis.

 

La crisis de Argentina no se detiene

Los mercados argentinos respondieron ayer negativamente a las protestas populares y a un eventual rechazo del plan de ajuste por parte del Parlamento.

Tras los positivos resultados del miércoles, la Bolsa caía ayer el 4,25%, en tanto que los bonos de la deuda retrocedían en un porcentaje similar y el riesgo-país trepaba hasta 1.544 puntos, más de 100 respecto de la jornada anterior.

Los detonantes de esta reacción han sido las dudas sobre la ratificación parlamentaria del plan de reducción de salarios y pensiones estatales aprobado por el Gobierno. El ex candidato presidencial peronista Eduardo Duhalde dijo que "el decreto de ajuste no será aceptado en el Congreso tal cual está ni por los partidos de la coalición gobernante ni por los de la oposición". Esto, junto con la huelga de funcionarios de ayer y el paro general de 24 horas que tendrá lugar hoy, desató una nueva corrida vendedora de títulos y acciones.

Por su parte, el ministro de Economía, Domingo Cavallo, aseguró ayer al The New York Times que Argentina no provocará una suspensión de pagos, aunque destacó, de manera preventiva, que si los inversores de Wall Street "quieren pro-vocarlo, pueden hacerlo". Greenspan minimizó el problema del contagio de la crisis del país austral.

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