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La UE exige cambiar el 40% de la banca alemana en sólo cuatro años

Tras años de durísimas polémicas, Alemania aceptó ayer eliminar buena parte de las garantías públicas que protegen a sus cajas de ahorro y bancos regionales. Tras un periodo de transición de cuatro años, estas entidades se someterán a la competencia del mercado, lo que desde ya hace prever una fuerte sacudida del sector financiero alemán.

Tras años de durísimas polémicas, Alemania aceptó ayer eliminar buena parte de las garantías públicas que protegen a sus cajas de ahorro y bancos regionales. Tras un periodo de transición de cuatro años, estas entidades se someterán a la competencia del mercado, lo que desde ya hace prever una fuerte sacudida del sector financiero alemán. Bruselas y Berlín pactaron ayer definitivamente el calendario y el alcance de la reforma de la banca pública alemana, tras largos meses de negociación para someter al sector a la competencia del mercado.

La delegación alemana, encabezada por el secretario de Estado de Finanzas alemán, Caio Koch-Weser, aceptó abolir la llamada Gewährträgerhaftung (que obliga al Estado a evitar la quiebra de estas entidades) y aplicar las condiciones propias de una relación comercial a la Anstaltslast (que asegura un aprovisionamiento con recursos públicos).

El periodo de transición para ambos regímenes será de cuatro años, bastante menos de los 10 inicialmente solicitados por los representantes de las cajas de ahorro y bancos públicos.

Las autoridades alemanas aplicarán los dos sistemas de garantías hasta el 18 de julio de 2005. Ese día desaparecerá la Gewährträgerhaftung.

La madurez de los avales concedidos bajo ese régimen no podrá superar el 31 de diciembre de 2015.

Koch-Weser negoció el acuerdo escoltado por los secretarios de Finanzas de tres Estados federados, así como por los presidentes de las asociaciones de bancos públicos y cajas de ahorros. La delegación de la Comisión Europea estuvo encabezada por Mario Monti, comisario para la Competencia.

Las modificaciones permiten a Alemania esquivar la apertura de un expediente de investigación en Bruselas. La Comisión notificó a Berlín el 8 de mayo que, en lo sucesivo, consideraría ayuda de Estado los avales públicos con que funciona la banca pública alemana.

"Dado que el sistema ya funcionaba cuando el Tratado de la Comunidad Europea entró en vigor en 1957", advirtió entonces Bruselas, "la Comisión no puede actuar con efectos retroactivos, pero exigirá cambios para el futuro".

Monti concedió dos meses al Gobierno alemán para que presentase las modificaciones que considerase oportunas, con el compromiso expreso de formalizar las propuestas en septiembre de este año. El comisario pretendía que las reformas entrasen en vigor en marzo de 2002.

La Federación Bancaria Europea (FEB), que indujo la investigación de Bruselas al denunciar el sistema alemán el 21 de diciembre de 1999, mostró ayer su disgusto con el acuerdo.

Su consejero, Tan Guy van de Werbe, lamentó los plazos transitorios y consideró que la banca pública alemana ya ha dispuesto de suficiente tiempo para adaptarse a la competencia del mercado. "Han disfrutado de financiación barata gracias a las excelentes calificaciones [de riesgo] que les permitían los avales".

Van de Werbe exige "la desaparición completa e inmediata" de todo el sistema de avales. La FEB analizará en detalle el acuerdo, pero de entrada no descarta ninguna acción "desde el punto de vista legal".

Berlín se ha comprometido a adoptar antes de fin de 2002 las modificaciones legislativas necesarias para incorporar estos cambios. La reforma exige el visto bueno del Parlamento.

 

Un acuerdo que revolucionará todo el sector

Un acuerdo que revolucionará todo el sectorLas más de 550 cajas de ahorros y los 13 bancos públicos regionales alemanes en la actualidad controlan cerca de un 40% del mercado bancario alemán, un hecho que siempre ha sido puesto de relieve por los bancos privados, cuyas cuatro principales entidades ni siquiera gestionan el 15% del total de depósitos y créditos. Desprovistas de las garantías públicas, cajas y bancos se tendrán que someter a una competencia que podría conducir a la absorción de muchas de ellas por parte de los bancos privados.

Previendo esto, los dos mayores bancos públicos regionales, el WestLB y el Bayerische Landesbank, ya han elaborado dos modelos de reestructuración, que prevén la disgregación de la banca comercial y la creación de un holding financiero, respectivamente. En ambos casos, se abriría la puerta a la toma de participaciones por parte de otras entidades y a una futura salida a Bolsa.

También las cajas de ahorros, cuyos bancos de referencia son precisamente entidades como el WestLB, se verán abocadas a gestionar su negocio con criterios más comerciales (lo que podría dificultar aún más el ya hoy día escaso crédito para las pymes). La reestructuración es seguida con mucha atención por sus eventuales repercusiones en España por las cajas españolas y la CECA.

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