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INTERNACIONAL

Rusia reivindica su integración en el G-7 y acelera las reformas

El presidente ruso, Vladimir Putin, dio ayer un nuevo impulso a su política reformista. Putin está acelerando las reformas con vistas a la próxima cumbre del G-8 (los siete países más industrializados más Rusia), que se celebrará la próxima semana en Génova. Moscú quiere dejar de intervenir como invitado e integrarse como miembro de pleno derecho.

El Ejecutivo ruso anunció ayer la inminente liberalización de los sectores eléctrico y de gas. Además, la Duma (Parlamento) estudiará el sábado la Ley del Suelo, que instaurará la propiedad privada.

De cara a los inversores extranjeros, Putin también presionará a la Duma para que apruebe cuanto antes la reducción del impuesto de sociedades del 30% al 24%. La reciente aprobación de la ley contra el blanqueo de dinero también ha fortalecido la imagen de Rusia en los mercados financieros.

Estos trámites han coincidido con una mejora de los datos macroeconómicos. La previsión de crecimiento es del 5% y la inflación se mantendrá cerca del 14% previsto. El primer ministro, Mijail Kasyanov, expresó además su convicción de que Rusia afrontará cómodamente los pagos del servicio de la deuda. En 2003 serán de 18.000 millones de dólares (20.900 millones de euros).

El objetivo de Putin es demostrar a los países del G-7 la "nueva pauta democrática que rige en Rusia" y convencerles de que acepten el país como un miembro más, y no como mero invitado.

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