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El Sepla se niega a vincular salarios a un mínimo de beneficios en Iberia

La sección sindical del Sepla Iberia ha roto su silencio. Hasta ahora ni los directivos del sindicato ni su portavoces habían justificado su negativa a aceptar la última propuesta de la compañía. Según un comunicado interno difundido a sus propios asociados, el Sepla se niega a firmar un acuerdo si la compañía no retira su condición de recuperación de los descuentos salariales pactados desde 1995 sólo cuando los beneficios asciendan al menos a 25.000 millones de pesetas.

La representación sindical de los pilotos de Iberia explica en una circular dirigida a todos sus afiliados que "ha aceptado que la devolución de la clave 104, o para ser más precisos el fin de los descuentos, gire sobre la premisa básica de que Iberia esté en beneficios".

El Sepla cuantifica sus reivindicaciones para recuperar estos descuentos en 720 millones de pesetas al año, "es decir, un incremento salarial del 1,8%, ya que respecto a la otra parte de la clave (la que condiciona la recuperación de los descuentos a la mejora de resultados) consideraríamos las premisas aceptadas por los sindicatos de tierra".

El nudo gordiano que impide el acuerdo, según el Sepla, estriba en que la compañía exige para aceptar su propuesta "que los resultados ordinarios asciendan al menos a 25.000 millones de pesetas" . "Es decir", continúa la circular, "para poner fin a los descuentos los accionistas deberán recibir 24.500 millones, sin olvidar las compensaciones que habrán de fijar los amigables componedores por el exceso en el precio pagado por acción".

Ayer, fuentes no oficiales de los pilotos aseguraban que si Iberia quitara el nivel de beneficios marcado y asegurara la recuperación de los descuentos salariales desde ya "en lugar de aplazarlos hasta 2003", el acuerdo sería posible.

Además, el Sepla asegura que Iberia pretende compensar el mayor coste que le supondría acabar con los descuentos de la clave 104 con "contrapartidas de productividad". "La dirección nos pide poner fin al tercer tripulante en los vuelos transoceánicos, lo que le permitiría ahorrarse más de medio centenar de pilotos, despreciando cualquier consideración sobre la disminución de la calidad de la seguridad de vuelo que ello significaría". "Es decir", subraya la circular, "pretende nuevamente obtener el retorno económico que cedería con el fin de los descuentos".

En medio de esta postura de fuerza del Sepla, ayer se llevó a cabo la tercera jornada de huelga de las 10 convocadas. La medida provocó la cancelación de 230 vuelos y unas pérdidas para la compañía de alrededor de 1.400 millones, además de afectar a 13.675 pasajeros.

Por su parte, Comisiones Obreras y UGT aseguraron ayer que no admitirán que el conflicto con el Sepla, que, "nos es ajeno, produzca daños colaterales sobre el resto de trabajadores de la compañía" y reclamaron una salida al conflicto que "no consista en la renuncia estratégica de Iberia a crecer".

Los sectores aéreos de CC OO y UGT piden a la Administración, "que tanta responsabilidad ha acumulado con su histórico comportamiento comprensivo en los conflictos del Sepla, que abandone su actitud contemplativa y actúe en una situación en la que los intereses minoritarios, egoístas y excluyentes de sus actores ponen en peligro la existencia de una empresa emblemática y decenas de miles de puestos de trabajo".

Según los sindicatos, con el plan de renuncia al crecimiento de Iberia, la empresa "deja de ingresar 33.000 millones de pesetas, pero se ahorra en costes 45.000, con lo que aumenta sus beneficios en 12.000 millones".

Señalan que, con la puesta en marcha de este plan, los accionistas institucionales pueden intentar recoger ganancias para desaparecer cuanto antes.

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