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INTERNACIONAL

Las dudas de Australia y Japón hacen peligrar la cumbre del clima

El primer acuerdo mundial para prevenir el cambio climático está más cerca que nunca de convertirse en papel mojado. La UE tiene hoy el reto y la obligación de convencer a Japón de que mantenga su compromiso con el Protocolo de Kioto, si quiere lograr que el pacto se ratifique. Australia ya rechazó el pasado viernes su adhesión al Tratado.

Una troika europea aterriza hoy en Japón con el propósito de convencer a las autoridades niponas de que no se desmarquen del Protocolo de Kioto, el pacto mundial contra el calentamiento del planeta, firmado en 1997.

"La ratificación del protocolo será mucho más difícil si Japón se desmarca. Sería muy triste porque ellos han sido los primeros defensores, una pérdida simbólica", confesó el viernes la comisaria europea de Medio Ambiente, Margot Wallstrom.

La renuncia de Japón al tratado supondría mucho más que una pérdida simbólica. El protocolo exige ser ratificado por un mínimo de 55 países, que representen el 55% de las emisiones de gases contaminantes. Estados Unidos, Canadá y Australia han rechazado cumplir con el protocolo, estas naciones suman el 41,5% de todas las emisiones de CO2. Japón representa el 8,5%, su rechazo supondría el fin del protocolo y la búsqueda de un nuevo plan, mientras el deterioro medioambiental del planeta continúa.

El presidente de EE UU, George Bush, dio el plantón a la iniciativa por las consecuencias económicas que acarrea para los lobbies energéticos del país, que apoyaron decididamente a Bush en las elecciones presidenciales de noviembre.

El protocolo exige para 2012 una reducción media mundial del 5,2% de las emisiones causantes del efecto invernadero, respecto a los niveles de 1990. En este compromiso, Estados Unidos estaba obligado a una reducción del 7%, y la Unión Europea, del 8%. Dentro de la UE, los compromisos son dispares, mientras Alemania se ve obligada a una reducción del 21%, España, como país menos desarrollado, tiene derecho a aumentar sus emisiones un 15%, meta que ya ha superado con creces.

La última cifra dada por el Gobierno español corresponde a 1999. Para entonces la emisiones contaminantes habían crecido más de un 23%, comparadas con 1990. El ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, anunció el jueves la voluntad de España y de la UE de ratificar el Tratado el año próximo.

Matas reconoció "la grave amenaza" que supone el rechazo estadounidense, por eso afirmó que la UE "acudirá a Bonn con la voluntad de negociar posiciones flexibles para intentar alcanzar un acuerdo". La ciudad alemana albergará a partir del próximo día 19 una nueva cumbre del clima. Las perspectivas son poco alentadoras. El ministro alemán de Medio Ambiente, Jürgen Trittin, recalcó la semana pasada que la UE está dispuesta a "hacer concesiones" a Japón.

El país oriental mantiene una posición ambigua. Ha pasado de exigir a EE UU que "reconsiderase sin demora" su negativa al compromiso a buscar alternativas que satisfagan a los intereses americanos. "No estoy en desacuerdo con la posición de Bush", declaró el primer ministro nipón, Junichiro Koizumi, en Washington.

Fracaso en Australia

La última mala noticia ha sido el fracaso en Australia de la troika comunitaria, encabezada por Wallstrom. "Si el mayor emisor de gases contaminantes [EE UU] no ratifica Kioto, no tiene ningún sentido que lo haga Australia", afirmó el viernes el ministro australiano de Medio Ambiente, Robert Hill. La decisión australiana no debería haber sorprendido a la UE. El propio Hill afirmó en marzo que "sin Bush, no hay pacto".

En estas circunstancias, los expertos pronostican en Bonn un nuevo fracaso, como sucedió en La Haya, en noviembre de 2000. Mientras, sólo un país, Rumania, ha ratificado el protocolo.

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