La Caixa ganó 75.000 millones en el primer semestre, un 10% más
La Caixa ganó en el primer semestre del año 75.000 millones de pesetas, un 10,1% más sobre el mismo periodo de 2000, según el director general de la entidad, Isidre Fainé. Estos resultados revelan cierta desaceleración en línea con las previsiones de un ritmo menor de aumento en la concesión de créditos para este año. Fainé anunció que La Caixa abrirá 200 oficinas y reducirá considerablemente los servicios centrales. Eso no implicará un ajuste duro de plantilla, pero sí recolocaciones para ampliar la capacidad de comercialización.
El director general de La Caixa, Isidre Fainé, adelantó ayer que los beneficios de la entidad superaron los 75.000 millones de pesetas (450,8 millones de euros) en el primer semestre del año, lo que implica un crecimiento del 10,1% respecto a los obtenidos en el mismo periodo del año anterior.
La entidad cerró 2000 con un aumento del beneficio del 20,5%; que fue del 14,3% hasta marzo. Esta ralentización coincide con un menor aumento del crédito. En diciembre, la inversión crediticia creció un 22%; y hasta marzo un 16,8%, tasa todavía considerable pero menor que las registradas un año antes. No obstante, habría que conocer la cascada de resultados completa para precisar por qué se produce este menor ritmo de aumento.
Pese a un contexto no tan boyante, La Caixa prosigue su plan de expansión. Isidre Fainé, quien participó en las jornadas Las nuevas fronteras del sector financiero, organizadas por Caja Madrid y The Economist, anunció ayer la apertura de 200 nuevas oficinas durante este año, frente a las 231 que abrió en 2000. El directivo catalán no descartó, sin embargo, el cierre de sucursales en varios puntos de España, aunque no lo especificó.
Las reestructuraciones no acaban aquí, Fainé afirmó que la entidad va a reducir el número de empleados de los servicios centrales, tanto en plantilla como en costes, para destinarlos a labores de comercialización de productos y a la ya mencionada apertura de oficinas.
La reducción de los servicios centrales es una de las recomendaciones que el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, ha hecho recientemente a las entidades financieras.
"Dentro de cinco años sólo el 5% de los trabajadores de La Caixa permanecerán en servicios centrales", aseguró. No obstante, señaló que esta estrategia no tiene por qué comportar un ajuste duro, sino sólo una recolocación de la plantilla. En opinión del director general de La Caixa, hay que potenciar unos servicios y simplificar otros para "sacar provecho" de las nuevas tecnologías, porque "Internet es un buen instrumento para incrementar los ingresos, reducir los costes, elevar el número de clientes y difundir la marca".
Fainé y el presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, quien clausuró las jornadas, discreparon en dos puntos: Blesa afirmó que la banca española necesita reducir el número de sucursales, que, según sus datos, duplica la media europea y se mostró convencido de que la integración de la Red como un canal más de relación con el cliente aumentará la presión para reducir las oficinas.
Además, los dos directivos mostraron diferencias al pronunciarse sobre la necesidad de que se reforme la normativa de cajas para flexibilizar las vías de financiación con las que cuentan estas entidades. Fainé se mostró satisfecho con la normativa actual, mientras que Blesa dudó de que la expansión que pretenden las cajas pueda ejecutarse si no aumentan sus opciones de conseguir recursos propios. Es decir, mediante la emisión de cuotas participativas, un instrumento similar a las acciones pero sin derecho de voto. "El desarrollo no puede hacerse sin capital y sin recursos propios", señaló Blesa, "porque una cosa es querer y otra es poder".
Isidro Fainé, por su parte, consideró que las cajas tienen un marco que funciona y que es suficiente para sus necesidades, y añadió que no ve que "el vestido" les "vaya estrecho".