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Rajoy exige a Villalobos que defina las reglas sanitarias para el aceite

La Unión Europea ha pedido al Gobierno español que "identifique con más claridad" las partidas y el tipo de productos afectados por la contaminación detectada en el aceite de orujo de oliva. El vicepresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pide a su vez a la ministra de Sanidad, Celia Villalobos, que establezca cuanto antes el límite para saber qué contenido de benzopireno en los alimentos se considera nocivo.

La alarma ha saltado de Chequia a España y de España a toda la Unión Europea. La Comisión Europea ha pedido a España que "identifique con más claridad" las partidas y el tipo de productos afectados por la contaminación detectada en el aceite de orujo, según confirmó ayer una portavoz del Comisario de Salud y de Protección de los Consumidores, David Byrne.

La comisaría europea considera que es legal que los países "fijen medidas de salvaguardia para proteger a los consumidores" hasta que se aclare el problema y "España precise a qué se refiere la contaminación detectada".

El vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy por su parte, pidió ayer al Ministerio de Sanidad que actúe con la mayor celeridad posible para fijar "unas reglas del juego claras" y evitar el problema surgido con la inmovilización de aceite de orujo de oliva.

El Instituto de la Grasa, organismo dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha emitido un comunicado en el que muestra su incapacidad para determinar qué límite de contaminación puede considerarse nocivo. Este límite, afirma , sólo lo establece la Federación de Procesadores de Semillas y Aceite de la Comunidad Económica Europea, que lo establece en una parte de benzopireno por cada mil millones.

El comunicado del CSIC sí advierte de un aumento de la presencia de "contaminación" por benzopireno en los aceites que de orujo de oliva, pero añade que su presencia durante el proceso de refinación "se reduce a los niveles fijados" por el organismo europeo. Este instituto asegura, además, que ya se están produciendo aceites con un sistema que rebaja los niveles contaminantes.

A iniciativa de los orujeros

Muchos industriales del sector orujero de Andalucía enviaron por su propia cuenta sus muestras al Instituto de la Grasa para que determinase la presencia en dosis nocivas de benzopireno el pasado mes de diciembre de 2000, según ha podido saber Cinco Días de fuentes procedentes de las empresas emisoras del aceite.

Esto quiere decir que gran parte del sector estaba interesado en cambiar el sistema de producción de sus aceites desde antes de que Chequia hiciese saltar la alarma al devolver ciertas partidas de aceite de orujo español. De hecho, las reuniones entre el sector y el Gobierno se aceleraron debido a la decisión de las autoridades checas, pero los contactos ya existían desde meses atrás a un ritmo mucho más lento.

Así, la única salida que le queda a Sanidad es decretar cuanto antes el límite de benzopireno que considera nocivo para la salud, algo que enfrentará aún más al sector con la Administración. Fuentes del sector dicen que ese límite puede poner fuera del mercado a otros muchos productos comestibles.

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