La desaceleración económica de Alemania provoca una subida del desempleo en junio
En el primer semestre del año pasado, Alemania logró reducir su número de parados 230.000 personas, en la estadística ajustada por efectos estacionales y de calendario. En el presente ejercicio, en cambio, el balance es opuesto. Los 50.000 desempleados adicionales en junio frente a enero confirman que el acelerado enfriamiento de la coyuntura alemana está haciendo estragos en el mercado laboral.
Según los datos entregados ayer por la Oficina Federal de Empleo, el paro ajustado en términos estacionales volvió a aumentar 22.000 personas entre mayo y junio, para un total de 3,85 millones de personas.
Sin ajustar, el número de parados tan sólo disminuyó 26.400 personas en junio. Ello sitúa la tasa de paro en junio en el 8,9%, dos décimas por debajo del 9,1% de mayo. Aun en esta modalidad del cálculo, el resultado es malo, ya que verano suele ser un mes fuerte para la contratación de trabajadores, sobre todo en la construcción.
El presidente de la Oficina Federal de Empleo, Bernhard Jagoda, afirmó ayer que no prevé ninguna mejora en julio y agosto, época de vacaciones, y que tan sólo en septiembre se vivirá "la hora de verdad" en la que la "economía se tendrá que estremecer" y recuperarse vigorosamente.
Aunque muchos analistas esperan que la coyuntura volverá a mejorar en el segundo semestre, los últimos indicadores publicados aún no brindan garantía alguna.
El canciller alemán, Gerhard Schröder, prometió al llegar al poder reducir hasta 3,5 millones el número total de empleados hasta otoño de 2002. Esta meta es cada vez más inalcanzable, según los analistas.
En línea con los últimos análisis, el ministro de Trabajo, Walter Riester, afirmó ayer que la desaceleración de la economía mundial es la principal razón para el evidente estancamiento de la lucha contra el desempleo. La oposición conservadora, por contra, reprochó al Gobierno haber "destruido puestos de trabajo" con sus reformas.