Bush respalda el programa de reformas económicas de Koizumi
El primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, y el presidente de Estados Unidos, George Bush, mantuvieron el pasado fin de semana su primer encuentro. En él, Bush dio su respaldo a las reformas económicas emprendidas por Koizumi. Sin embargo, pasaron muy por encima por asuntos espinosos como el Tratado de Kioto o el escudo antimisiles propugnado por el presidente estadounidense.
El primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, abandonó ayer Estados Unidos tras recibir el apoyo a su política económica del presidente George Bush.
Tras reconocer que Japón tiene que adoptar medidas enérgicas para salir de la crisis que le aflige, el primer ministro japonés señaló que su país necesita más de 88.000 millones de dólares, 103.133,68 millones de euros, en dos años para hacer frente a los créditos fallidos.
En la entrevista celebrada Camp David, Maryland, el presidente estadounidense dio un "fuerte apoyo" a la agenda de reformas que pretende iniciar el líder japonés. "A nuestro país le interesa que la economía de Japón florezca y sea fuerte y vibrante", declaró Bush al expresar su confianza en Koizumi.
Antes de iniciar la entrevista, que se desarrolló a lo largo del sábado, los dos líderes hicieron público un comunicado conjunto en el que anunciaban su voluntad de activar una nueva etapa de cooperación económica.
Junichiro Koizumi se mostró cauto y comprensivo con la posición de Estados Unidos respecto al Tratado de Kioto sobre cambio climático y, aunque pidió a Bush su adhesión a este acuerdo de control de emisiones nocivas, señaló que no está "en desacuerdo con la posición" del presidente estadounidense.
Rebajas de impuestos
Tampoco Bush consiguió el apoyo abierto de Japón para su nuevo sistema de defensa antimisiles, pero al menos logró que fuentes de la delegación japonesa hablaran de "entendimiento" y de que aún hay tiempo para el intercambio de ideas.
"El primer ministro reconoce que son necesarias reformas significativas y profundas y es capaz de adoptar decisiones difíciles, que es lo que caracteriza a un líder", manifestó Bush sobre el político japonés.
Por su parte, el primer ministro japonés alabó la política de George Bush de reducir los impuestos como factor de estímulo del crecimiento económico y declaró que intentará de modo "vigoroso y exhaustivo" nuevas reformas económicas en Japón.
Junichiro Koizumi tiene previsto viajar a Londres y París antes de regresar a Tokio el próximo jueves, para estrechar también los lazos con diversos líderes europeos, lo que es uno de los objetivos de su primera ronda de visitas por Estados Unidos y Europa.
Tokio descarta un contagio
de su crisis
El primer ministro de Japón, Junichiro Koizumi, ha acudido a EE UU con una carta de presentación: un plan de reformas que pretende sacar al país del colapso, pero que, a su vez, augura tiempos peores. Por eso ha querido tranquilizar al resto del mundo de que la crisis nipona no se contagiará. "Incluso si cundiera el pánico, no permitiríamos que Japón causara una depresión financiera [mundial]" como en 1998, dijo Koizumi en una entrevista al Asian Wall Street Journal el viernes pasado. Koizumi declaró que antes de que eso ocurriera utilizarían sus recursos para socorrer a los bancos, cuya salud pone en peligro la economía nipona.
Una riada de indicadores negativos muestran que el país flirtea con la recesión. El paro, publicado el viernes, marcó récord en mayo, hasta el 4,9%, nivel sólo alcanzado en enero de este año, aumentando el temor a que el consumo empeorará aún más. La escasa demanda interna y la caída de las exportaciones han provocado un descenso en la producción industrial del 1,2% en mayo. Los precios la consumo, excluidos alimentos, cayeron un 0,7% en ese mes, frente al mismo periodo de 2000. Todo apunta a que Japón entrará en una recesión (definida por dos trimestres de crecimiento negativo), después de que su PIB se contrajera un 0,2% hasta marzo.