Alcatel venderá 50 fábricas y eliminará 13.500 puestos de trabajo
4.000 despidos en Agere, filial de Lucent
El grupo Agere, filial de semiconductores del grupo Lucent, anunció ayer su intención de despedir a un total de 4.000 empleados, el 24% de sus fuerza laboral.
La compañía aseguró que llevará a cabo provisiones por un montante de 900 millones de dólares (180.000 millones de pesetas) para recortar plantilla y reducir el inventario que pretende llevar a cabo. La compañía precisó que prevé arrojar pérdidas de explotación en este trimestre.
De los 4.000 despidos previstos, 3.000 se producirán en el Estado de Pensilvania. El resto del recorte laboral previsto se producirá en Madrid a través de la venta, antes de finales de año, de la fábrica que la multinacional posee en la localidad de Tres Cantos, dedicada a la fabricación de microprocesadores.
El anunciado ayer es el segundo recorte de plantilla de la empresa en este año. El pasado 24 de abril Agere anunció el despido de 2.000 trabajadores después de arrojar unas pérdidas de 29.600 millones de pesetas.
El primer ejecutivo de la compañía, John Dickson, aseguró ayer que la compañía se ve obligada a tomar estas medidas debido a que "construimos una empresa para servir a un negocio con crecimientos de mercado y ya no crece, sino que se deteriora".
75 años de historia en el alero
Alcatel atesora 75 años de experiencia en el sector de las telecomunicaciones en España. Una historia industrial heredada de la antigua Standard Eléctrica que se puede ir al traste si finalmente la multinacional decide que las tres fábricas que posee en España entren dentro del plan de ajuste mundial anunciado por su presidente y, a la postre, terminan por venderse.
Su antecedente empresarial inmediato en España se remonta a 1922, año en el que se crea en Barcelona, la Compañía de Teléfonos Bell, una empresa eléctrica dedicada a la fabricación de productos telefónicos, que cuatro años más tarde constituiría el punto de partida de Standard Eléctrica, fundada por un grupo de financieros españoles con la ayuda de la norteamericana International Telephone and Telegraph.
En 1926 Standard inicia sus actividades en Madrid y Barcelona dedicándose a fabricar y montar equipos de conmutación y aparatos telefónicos. En 1927 la compañía monta una fábrica en la localidad de Maliaño (Santander) dedicada a cables para telefonía.
En estos primeros años el desarrollo de la compañía discurre íntimamente ligado a la Compañía Telefónica Nacional de España. De hecho en 1946 se convirtió en proveedor único de material telefónica de la empresa, gracias a un contrato de exclusividad por 20 años.
En la década de los sesenta, la empresa inaugura un complejo industrial en la localidad madrileña de Villaverde, en donde llegan a trabajar 3.000 operarios. A pesar de que el contrato de exclusividad finaliza en 1966, la compañía sigue suministrando a Telefónica. En la década de los ochenta, Standard Eléctrica comienza a desarrollar el negocio de la fibra óptica
La sociedad mantuvo esta denominación hasta 1987, año en el que Alcatel la adquiere y cambia su nombre por Alcatel Standard Eléctrica. Esta razón social la mantiene hasta el 1 de enero de 1997, cuando pasó a denominarse oficialmente Alcatel España.
El cambio de nombre coincide con una apuesta decidida de la ya multinacional francesa por su filial española, que en los últimos 10 años ha consolidado una posición de liderazgo en el negocio de las telecomunicaciones en España.
En aquel momento el cambio de nombre definitivo coincide con una aportación de fondos propios de 52.000 millones de pesetas, imprescindibles para hacer frente a la financiación de un plan de viabilidad diseñado para sacar a la compañía de las dificultades financieras en las que se encontraba. De hecho, en ese momento arrastra desde el ejercicio de 1995 unas pérdidas de 60.000 millones de pesetas.
Las dificultades fueron moneda corriente en la empresa durante muchos años, y los procesos de reestructuración y los ajustes, continuos.
Sin embargo, la filial española de la multinacional francesa anunció ya el año pasado que había logrado enderezar el rumbo y cerrar ese ejercicio con beneficios. También en el año 2000 abandonó la empresa el que durante 15 años fuera su presidente, Miguel Canalejo, que fue sustituido por Eduardo Villar.
La compañía mantiene en España tres plantas activas: Toledo (dedicada a sistemas de acceso y transmisión), Madrid (conmutación y electrónica industrial) y Cantabria (fibra óptica), además de las oficinas centrales también en Madrid, y da empleo a un total de 4.600 trabajadores.