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Las cajas piden al Gobierno que las cuotas participativas salgan a Bolsa

El Ministerio de Economía lleva meses recabando información de las cajas para conocer de primera mano los cambios que estas entidades piden. Las reiteradas injerencias políticas por las que están atravesando, unido a la presión de Bruselas, que lleva más de un año recopilando datos sobre el sector, están forzando a las cajas a reclamar cambios para su despolitización. El presidente de la CECA, Manuel Pizarro, afirmó ayer que la confederación está elaborando un código de buen gobierno, siguiendo el consejo que les dio el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana. Con este código se persigue también contribuir a garantizar la profesionalidad en la gestión de las entidades.

Es dentro de estos cambios, y una vez admitida la necesidad de limitar el peso político en los máximos órganos de gobierno de las cajas al 50%, donde se incluye la petición de que las cuotas participativas (instrumento similar a las acciones pero sin derechos políticos) coticen en Bolsa.

Economía tiene ya muy avanzado un real decreto sobre cuotas participativas. En él se intenta unificar las diferentes posturas existentes sobre este instrumento que computa como recursos propios de primera categoría.

Antes de elaborar este real decreto, Economía ha mantenido contactos con el sector. La última reunión tuvo lugar hace algo menos de un mes.

Fuentes del sector al más alto nivel consideran que las cajas pueden continuar otros 100 años más como están. Por lo que la necesidad de que las cuotas salgan al mercado no es imperiosa. Pero si defienden que una vez que se ha admitido que el sector debe despolitizarse, la posibilidad de que las cuotas coticen en Bolsa puede ser un buen complemento para equilibrar el peso político y privado de estas entidades, señalan otras fuentes de las cajas. La razón: la gestión diaria de la entidad se verá expuesta a través de los títulos que coticen en la Bolsa, y será el mercado el que se encargue de castigar o premiar a las cajas, a sus políticos y a sus gestores, añaden las mismas fuentes.

Economía, una gran parte de las cajas, el PP y una gran parte del PSOE comparten este razonamiento. El problema que se llevan planteando desde hace meses, y que ha retrasado la redacción del real decreto sobre cuotas participativas es cómo articular la posibilidad de que las cuotas participativas coticen, pero sin que las cajas pierdan su naturaleza jurídica e impedir que los bancos se cuelen por la parte de atrás.

La solución parece estar en que las cajas que quieran emitir cuotas y que éstas coticen constituyan una sociedad, que sería la que emitiese las cuotas participativas y la que cotizase en Bolsa. Las cajas sólo podrían emitir cuotas por un porcentaje que no superaría del 20% al 25% y los recursos propios de la entidad. Además, sólo podrían ser suscritas por clientes, particulares, empleados de la entidad y cajas de ahorros, que no tendrían derechos políticos, aunque hay defensores de que éstos estén representados en el consejo.

Los expertos avalan esta solución basándose en las ya reguladas acciones sin voto. La duda está en si Economía recogerá estas peticiones.

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