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La CNE cree que la entrada de EDP en Cantábrico amplía la competencia

La CNE señala en su informe sobre la entrada de la alemana EnBW (participada por EDF) y de la portuguesa EDP en Cantábrico que la suma de la compañía lusa y de la asturiana podría tener repercusiones positivas en el mercado eléctrico de la península Ibérica. En el documento, no vinculante para el Ejecutivo, se considera que la implantación por esa vía de EDF en España sería un peligro para la construcción de nuevas interconexiones eléctricas con Europa.

Con la unión de EDP y Cantábrico podría obtenerse una mejora en el equilibrio de las cuotas de los participantes en el mercado ibérico", señala la Comisión Nacional de la Energía (CNE) en el informe que ha elaborado sobre la entrada de la alemana EnBW, la francesa EDF y la portuguesa EDP en el capital de la empresa asturiana. Y añade que esa integración sería positiva "al disminuir los porcentajes de participación de los agentes mayoritarios actuales". La suma de las dos compañías crearía la tercera eléctrica de la Península, tras Endesa e Iberdrola.

La CNE entiende que el Gobierno portugués opte por la apertura de su mercado sin reducir la importancia de EDP, pero también se decanta a favor de la reducción de las diferencias de regulación entre los sistemas eléctricos de ambos países para posibilitar su integración real.

El informe de la CNE, que hace un análisis del funcionamiento de los mercados y de las regulaciones de las naciones implicadas en la operación Cantábrico, sólo hace recomendaciones implícitas al Gobierno. Un ejemplo es la mencionada conclusión sobre el posible impacto positivo de la creación de una nueva eléctrica de tamaño significativo en la península Ibérica.

La comisión se apoya, asimismo, en documentos de la Comisión Europea, como el que, siguiendo con el caso portugués, critica la posible falta de independencia de REN, el operador del sistema de transporte. Y es que, pese a que de su informe no se deducen repercusiones negativas respecto a la posible toma de control de Cantábrico por EDP, sí subraya que el grado de liberalización de los mercados español y portugués son muy diferentes y se decanta por compensaciones.

Pero, a juicio de la CNE, la entrada de EDF en el mercado español, a través de Cantábrico, podría tener repercusiones de mayor envergadura. Este organismo comparte la tesis de que, si la empresa francesa se implanta en España por medio de esa operación u otra similar, la construcción de nuevas interconexiones carecería totalmente de interés para Francia y para su potente compañía pública. "Sería un obstáculo", según Pedro Meroño, presidente de la CNE, "para la liberalización del mercado eléctrico europeo".

Meroño dudó igualmente de la voluntad política francesa para corregir la actual situación, en la que Portugal y España son una isla respecto al resto de la Europa continental.

El presidente de la CNE, que es consciente de las conversaciones que el Gobierno español mantiene actualmente con todas las empresas que participan en el capital de Cantábrico, considera que si se mantienen las actuales circunstancias el Ejecutivo tendría suficientes argumentos para suspender definitivamente los derechos políticos de Ferroatlántica (socio español de EnBW-EDF) en la empresa asturiana. El Ministerio de Economía suspendió cautelarmente los derechos de voto a la citada empresa que preside Juan Miguel Villar Mir y a Adygesinval (participada al 50% por EDP y Cajastur).

Y la CNE asume las conclusiones de la Comisión Europea sobre el control que EDF ejerce sobre la empresa alemana de Baden-Württemberg, pese que a la dirección de esta compañía ha aducido a su favor que tiene una gestión independiente.

 

Los defectos de la liberalización alemana

El pormenorizado informe de la CNE sobre los mercados eléctricos de Portugal, Francia y Alemania se alinea con documentos similares en el caso francés, pero hace observaciones respecto a Alemania que podrían estar más alejadas de las observaciones de los analistas del sector, al menos de los más superficiales. Señala, por ejemplo, que los principios de objetividad y transparencia para la entrada de agentes externos en ese país quedaría "dificultada por el fuerte grado de integración vertical y el modelo de acceso negociado". Y subraya que, con ese sistema, las eléctricas no necesitan comprar energía en el mercado para suministrar a sus clientes. La existencia de seis empresas principales hace "que el sistema eléctrico esté en la práctica dividido en seis zonas en las que cada empresa desarrolla de forma integrada todas las actividades, disponiendo por ello de una situación de monopolio". No obstante, Meroño señaló que esa situación no significa que la CNE vaya a desaconsejar cualquier transacción de una firma alemana en España.

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