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PRESENTE
Columna
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Sobre el "ranking" de gobernadores

¿Es Greenspan mejor que Duisenberg? Carlos Sebastián opina que la cotización dólar/euro depende más de la confianza en las economías y en las instituciones que de las personas al frente de ellas.

Carlos Sebastián

¿Quién es mejor entrenador, Del Bosque o Luis Aragonés? El primero ha conseguido en sus dos años como entrenador una Copa de Europa y una Liga. El segundo tiene una bien ganada fama tras 20 años de profesión y acaba de clasificar al Mallorca tercero pese a su modesto presupuesto. ¿Entonces? La pregunta no tiene una respuesta clara, porque no se puede separar la contribución del entrenador de la de otros factores. Si esto es así en un mundo tan cuantificable cómo la competición futbolística, ¿qué sentido puede tener clasificar a los gobernadores de los bancos centrales? ¿Se puede decir que Alan Greenspan es mejor que Wim Duisenberg?

Duisenberg no sólo lleva poco tiempo en su cargo sino que además está al frente de una institución de nueva creación, que necesita ganarse la credibilidad de los distintos mercados financieros. Para estos es importante lo que la autoridad monetaria hace, pero es aún más importante lo que crean que va a hacer en el corto y medio plazo. Y respecto al Banco Central Europeo (BCE) ha habido desde su creación sospechas de varios tipos. La más importante: la percepción de que las instituciones de la UE están expuestas a muy diversas presiones políticas que condicionan enormemente sus decisiones. Y el BCE tiene que demostrar que es una excepción. En esa lucha por ganarse la confianza de todos, el BCE, además de decidir con independencia en función de sus objetivos, debería lanzar mensajes claros y bien argumentados.

Hasta ahora, en ninguno de los dos aspectos el BCE ha estado sobresaliente. La decisión de bajar los tipos cuando la inflación, cuyo control es su principal tarea, estaba claramente al alza pareció más una respuesta a determinadas presiones que una expresión de política monetaria independiente. En cuanto a la política de comunicación del BCE, lo mejor que se puede decir es que no ha sido totalmente coherente.

¿Y en la Reserva Federal? Las últimas decisiones adoptadas son correctas, aunque no eviten que la economía americana mantenga su debilidad unos cuantos meses más. Pero insistir en nuevos recortes de tipos, cuando en la última ocasión los tipos a largo respondieron con una elevación a la disminución de los tipos a corto y cuando el tipo de interés real es ya de sólo 40 puntos básico, mostraría más interés en inflar el Nasdaq que en regular las variables monetarias.

Por otra parte, a posteriori se podría opinar que una vez superada la crisis del verano de 1998, la Reserva Federal podría haber tocado algo el freno ante la expansión desbordada del consumo y el crecimiento del endeudamiento de familias y empresas. En cuanto a la comunicación, puede fácilmente documentarse que durante los últimos tres años la volatilidad de las opiniones de Alan Greenspan ha sido bastante grande.

Respecto de la cotización dólar/euro, depende mucho de la confianza relativa en las economías y en las instituciones (más que en las personas al frente de ellas). Afirmar que con Alan Greenspan al frente del Banco Central Europeo el euro no se habría depreciado tanto parece más las ganas de hacer un titular que de aportar algo al análisis de la nueva divisa.

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